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miércoles, 7 de enero de 2009

En busca de la coherencia en el poder

El anuncio casi en simultáneo de que habrá aumento de tarifas de los servicios públicos de pasajeros y de la puesta en marcha de las obras para ensanchar autopistas como la General Paz no hizo más que poner de relieve las oscilaciones ideológicas del poder.

¿Cuál es hoy el sector más necesitado de la presencia del Estado: el que aglutina a ciudadanos de a pie con sueldos carcomidos por la inflación de 2008 o aquel que nuclea a sectores medios y altos mucho más acolchonados económicamente como aguantar los embates de la contracción económica?

Tanto unos como otros pueden tener esa necesidad, pero en este caso, sólo uno de ellos fue congraciado por las medidas de gobierno. Sin dudas, en esos anuncios encontrados se esconden los dobleces del poder.

Suele escucharse que las crisis económicas son oportunidades para fortalecer a los sectores más vulnerables. Los anuncios de obras públicas del gobierno de Cristina parecen ir en ese sentido, pero, por ejemplo, la ayuda de emergencia para los beneficiarios de planes sociales resultó ser de carácter extraordinario, sólo a cobrar con el beneficio de fin de año. En Chile, mientras tanto, el plan de contención y apoyo social a los estratos más desposeídos se sostendrá con una paga mensual extra hasta que los efectos de la crisis hayan pasado. Notable diferencia.

La deuda social argentina fue cubierta en una parte considerable por el kirchnerismo: la recuperación salarial, la baja de la probreza y cierta contención de la brecha entre ricos y pobres mostró el aprovechamiento del repunte económico argentino en la post crisis de 2001. Pero dicho remonte no alcanza.

Ante un escenario de crisis mundial y de coyuntura local adversa para el gobierno de Cristina Fernández habrá que ver para qué lado será su apuesta; o en todo caso, si será para los dos en un plano de igualdad o de proporcionalidad de acuerdo a sus necesidades.

¿Habrá contención efectiva de los sectores sociales cubiertos apenas con magros sueldos y planes sociales? ¿O se priorizará buscar el re-encantamiento de los sectores medios, especialmente los urbanos, parados en veredas críticas del oficialisimo (un hecho especialmente evidente luego del conficto con la patronal sojera de la Mesa de Enlace)?

El kirchnerismo puede buscar apalancamiento en ambos frentes. Pero si se siguen haciendo anuncios que perjudiquen a unos y beneficien a otros, las contradicciones pueden ser costosas, en términos políticos y de fortalecimiento del poder de gobierno.

Las convicciones ideológicas pueden dar buenos rétidos. Es el desafío de la ética en la política, difícil de alcanzar pero siempre deseable. Dichas contradicciones pueden terminar por hacer in-creíble a un proyecto de gobierno; más aún cuando las aguas de la economía bajan y los influyentes sectores medios se ponen nerviosos políticamente al advertir que pueden encayar.

Estas expectativas negativas de dichos sectores ya se hicieron carne en la protesta campestres de 2008: la sola amenaza de menor rentabilidad movilizó a propios y ajenos del agronegocio sojero para paralizar las rutas y desabatecer al país entero. Una experiencia demasiado costosa que no solo pagó el gobierno sino también los bolsillos de gran parte del pueblo argentino.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Brasil, Argentina, la unión y el presidente obrero


Alguna vez lo intentaron.

Fue Perón quien imaginó una alianza estratégica con el siempre cercano y lejano Brasil.

Son los Kirchner los que juegan, coquetean, se acerca y parecen lograrlo en este nuevo siglo.

Para algunos la pregunta es: ¿Se logrará, algún día, la tan deseada integración argentino-brasileña?

Para otros el interrogante será: ¿Cuándo llegará el día en el que la Argentina eliga a su presidente-obrero? ¿Será el tano De Gennaro, o será alguno de los Hugos (Moyano o Yaski)?

domingo, 27 de julio de 2008

“¡Ni izquierdista ni derechistas, comunicacionistas!”

La designación de Sergio Massa como nuevo Jefe de Gabinete demostró que el matrimonio presidencial optó por una salida a la crisis política poco esperada y astutamente elegida. El enfrentamiento con las patronales del campo demostró que, entre otras cuestiones de gestión pública, lo bueno o malo que haya hecho el gobierno nacional en cuanto a políticas agrarias no fue bien comunicado. No se trata sólo de la comunicación hacia el conjunto de la población, sino hacia los actores particularmente alcanzados por políticas de estado. Un monólogo no deja de ser comunicativo, pero es de pobre utilidad para obtener información del otro. La pretendida redistribución del ingreso debió haber sido explicada en detalle mucho antes de haber avanzado con las retenciones móviles. Cuando se quiso hacer, ya era tarde: ni los perjudicados con la resolución 125, a la sazón los zares sojeros, ni los supuestos beneficiarios de la medida, los postergados de la distribución el ingreso, alcanzaron a comprender la decisión del gobierno.

La comunicación no es sólo hacer anuncios; es también entender antes qué manifiesta el interlocutor a ser alcanzado por decisiones de gobierno en el momento de toda saludable negociación previa. Esta ida y vuelta comunicativa no funcionó al pretender imponer las retenciones móviles. La Mesa de Enlace auto-constituida por la cuestión sojera fue emergente del desafiante paso al frente de los productores rurales dispuestos a no perder rentabilidad en el negocio exportador de granos, a manos de las retenciones móviles.

Pero no solamente no sonaron las alarmas del gobierno como para haberse adelantado a dicho desafío campestre. Tampoco hubo tacto para manejar la crisis; el todo o nada kirchnerista (todo un sello de Néstor K reflejado en las febriles y amarretas negociaciones parlamentarias) se estrelló con las espaldas anchas de los estancieros sojizados; la enérgica defensa de sus intereses particulares rápidamente se vio apoyada por el conjunto de los sectores socialmente acomodados de las grandes y medianas ciudades y por la desdibujada oposición política.

La comunicación es una deuda pendiente del kirchnerismo; el comunicar es un ejercicio poco practicado por los propios conductores del espacio político en el gobierno. El debate debe ir más allá de si Cristina gobierna por sus propias decisiones o por mandato de su marido. ¿Cuántos presidentes argentinos gobernaron al calor de los consejos llegados desde fuera de las fronteras del propio espacio político? El rol del Fondo Monetario y sus recetas neoliberales aplicadas en nuestro país explica bastante dicha dependencia.

Comunicar implica dialogar no sólo con palabras sino también mediante ideas, es decir, a través del debate ideológico. Ni Néstor ni Cristina se animaron a tanto desde que están en la cima del poder, Sólo discutieron en ese terreno con aquellos cuya proximidad era evidente. Mientras el rival que se enfrentó no puso en jaque a su proyecto no fue necesario tal debate ideológico con actores políticos y sociales un poco más retirados del anillo político kirchnerista. Pero las ambiciones sojeras mostraron las propias falencias del gobierno. Quedó en evidencia la insuficiencia de la búsqueda de nuevos aliados en la concepción de la política y en la comunión de ideas. Incluso el kirchnerismo no puede negar que vive como urgente la necesidad de contener a aquellos que, siendo aún parte del gobierno y del proyecto político, reniegan de una evidente falta de pluralidad participativa interna.

El desafío de la segunda presidencia kirchnerista es mostrar gestión también desde lo comunicativo. Siempre es conveniente el diálogo abierto de todo jefe de Estado con el periodismo. La conferencia de prensa es una práctica valiosa al momento de estar en contacto con los medios. Tanto gesto esquivo de los Kirchner a los formadores de la opinión publicada facilitó la constitución de un auténtico periodismo de alcoba tejido a partir de los silencios presidenciales.

Si el ex presidente y la actual mandataria abrieron las puertas de la residencia de Olivos contadas veces (y casi exclusivamente) a popes editorialistas de los medios masivos como Morales Solá y van der Kooy, ¿por qué esos diálogos terminaron publicándose como charlas del poder con terceros y anónimos interlocutores? ¿Por qué no el reportaje abierto y sincero, incluso con los medios no tan masivos? ¿No fue demasiada comida para semejantes fieras informativas?

Tal vez los silencios kirchneristas hayan servido convenientemente para ocultar sus verdaderas pretensiones políticas de negociación permanente a diestra y siniestra solapadas por una retórica pública, insuflada e incendiaria.

Si correr por izquierda y firmar por derecha fue el dogma no escrito del kirchnerismo desde el 2003, tal vez llegó el momento de buscar cierta cordura política e ideológica. No hay dudas de que dicho equilibrio entre cabeza, bolsillo y corazón sólo podrá ser alcanzado al calor de la coherencia entre discurso, negociación y gestión; todo por supuesto, regado del siempre necesario atributo “del estar comunicado”; algo que el flamante Jefe de Gabinete, Sergio Massa, supo hacer hábilmente como titular de la Anses y como fugaz intendente de Tigre.

No es cuestión de entregar a los medios de comunicación el privilegio de disponer abiertamente de todo el contenido que transmiten; también es necesario aportar la propia palabra del poder político. El canadiense Marshall McLuhan decía que, después de todo, “el medio es el mensaje” y, con tal advertencia, no es bueno otorgar mansamente dicho mensaje a medios cuya voracidad informativa impulsa a transmitir mediante aparentes contenidos periodísticamente objetivos sus más subjetivas ambiciones hegemónicas y codiciosas.

domingo, 6 de julio de 2008

Kirchnerismo, fase tres


El kirchnerismo tal como lo estamos viviendo acaba de entrar en una nueva etapa. Los tiempos políticos actuales, sumado a la coyuntura económica inestable a nivel internacional, con el agregado de los problemas propios de las cuentas internas, terminaron por pegar en las rodillas del gobierno de Cristina.

El conflicto tributario con la patronal sojera del campo argentino demostró que el estilo de gestión que Cristina quiso darle a su gobierno no dio resultado. Si su marido fue la primera fase del proyecto político que comparten, ella agotó rápidamente la segunda; y empieza obligadamente la tercera.

Mientras que Néstor K supo tejer una muy amplia red de acuerdos escritos y no escritos, los tiempos de Cristina eran, se creía, para administrar dicha telaraña de pactos. Si el ex presidente supo atar compromisos con poderosas estructuras políticas, sindicales, económicas y financieras, era para pasar a una segunda etapa del proyecto con un marco de certidumbre que evitara sobresaltos a la gestión de Cristina. Pero algo falló, algo no se tuvo en cuenta.

Durante casi cinco años, Néstor no precisó del debate interno en su espacio. Pero tampoco le interesó sostenerlo hacia afuera. La primera presidencia de los Kirchner fue políticamente introspectiva, con aisladas miradas hacia el afuera y con la sola intención de cooptar voluntades para el propio espacio. Con Cristina, el kirchnerismo pareció encaminarse hacia una apertura que permitiese bañar la política argentina con el ideario K. Fue un momento oportuno para pasar de la etapa estratégica del kirchnerismo a la fase de corte estadista.

Sin embargo, el encierro político terminó provocando serias fisuras al proyecto matrimonial. Todos los pactos alcanzados hasta marzo de este 2008 no alcanzaron para contener larvados intereses polítco-económicos que terminaron por hacerse sentir en las rutas del interior argentino y en una clase media claramente lejana a la vida político-democrática.

Es por ello que el espacio que aglutinan los Kirchner necesita abrir sus fronteras y extenderlas. No porque haya un interés personal de los que lo proponemos, sino porque el derrumbe de actual proyecto político anquilosado en el poder y amalgamado con la administración de Estado puede provocar una crisis política de alcance indeterminado. Y ese escenario no sería feliz para ninguno de los argentinos que pusimos el hombro para reconstruir institucionalmente nuestro país desde 1983 y a nivel político y económico desde 2002.

El primer signo positivo de cambio fue, precisamente, cuando hace unos viente días la Presidenta envió al Congreso el proyecto de retenciones móviles a la exportación sojera. Una decisión que ni se les hubiese ocurrido a los Kirchner el 11 de marzo pasado, cuando tomaron la decisión con la suficiente cuota de subestimación y ninguneo hacia los sectores económicos y financieros parados sobre el formidable negocio de la fiesta sojera.

El proyecto kirchnerista parece haber virado justo a tiempo. Hay espacio como para que el barco se reacomode en medio de la tormenta. Pero el nuevo rumbo a tomar debe demostrar que el espacio que supo construir Néstor y Cristina es mucho más flexible, amplio, plural y democrático, aún. Los tiempos actuales señalan a las claras que ante la avaricia sojera y la intolerancia cacerolera hay que pararse con excesivas convicciones democráticas; de esas que hacen creer al político que es más estadista que estratega, y que está más cerca del bronce que del barro.

sábado, 21 de junio de 2008

¿Tregua o armisticio?


Finalizó una de las semanas más trascendentes para la vida política argentina desde la vuelta a la democracia, en 1983.

Afirmo esto porque todo lo sucedido en estos siete días será fundacional para la política que viene.

Pasamos del diálogo cerrado del gobierno, en las horas previas al sábado 14 de junio de 2008, al envío al Congreso del proyecto de ley para debatir lo que no se quería someter a debate: las retenciones móviles.

En el medio de estas dos puntas, por un lado el desalojo a upa de De Ángeli en la ruta 14 y el cacerolazo pequeñoburgués-antiperonias-antiCristina y antídoto a lo que huele a nacional y popular.

En el otro extremo, la convocatoria del kirchnerismo a la Plaza del Sí, que fue una convocatoria para defender a la Democracia, pero que pareció terminar más cerca de ser un acto de respaldo al proyecto de la pingüinera.

Todo parece haber quedado en equilibrio, entre campo y gobierno.

Ahora viene el tiempo del debate parlamentario, del que seguramente saldrá una ley votada gracias al diálogo que permitirá el oficialismo K.

Pero este gesto, ya evidenciado por distintos hombres del kirchnerismo, es respuesta a propios errores, más que a gestos propios de un vencedor condescendiente con el derrotado.

El diálogo es lo que NO hubo en la era de los Kirchner.

Los gestos ampulosos, el grito mediático y el reto público hacia los disidentes fue constante en boca de Néstor y retóricamente presente en Cristina.

Es evidente que tanto estilo crispado terminó pagando costos elevados con el lock out de los jinetes de la soja.

Además, este estado de cosas es co-protagonizado por las clases medias caceroleras que terminaron en la calle apoyando el campo por diversos motivos.
El gobierno de Cristina puede desplegar una serie de acciones tendientes a equilibrar a su favor este momento político.
No es que la Presidenta esté en problemas.

Más bien está complicado el proyecto kirchnerista, el cual debe reformularse seriamente mediante un profundo debate interno.

Si el proyecto sigue dependiendo de las decisiones de Néstor, Cristina y algunos de su cohorte, su debate carecerá de un pluralismo oportuno que sirva para mostrase democrático hacia adentro del espacio y hacia afuera en la gestión de gobierno.

Si los K continúan con el mismo el estilo de hacer política, con el mismo estilo de gestión y con los mismos mecanismos de toma de decisiones internas, sus ambiciones pueden frustrarse.

Los Kirchner tienen derecho a no querer cambiar.

Pero si no muestran al menos sutiles modificaciones en su ejercicio de la política, tendrán que empezar a releer los libros de historia: no para estudiar los procesos políticos exitosos del pasado, sino para aprender a escapar como lo hicieron otros en su misma situación.

viernes, 20 de junio de 2008

Una plaza demasiado peronista


Por simple impresión, por simple observación y por simple opinión llegué a una simple conclusión: la marcha a la Plaza de Mayo convocada por el oficialismo fue más un Sí a Cristina que un Sí a la Democracia.

Si bien estuvieron representados distintos sectores sociales, culturales y políticos, el tinte del acto fue notoriamente peronista.

NO es un reproche directo al kirchnerismo: más bien es un llamado a aquellos que, todavía, no se animan a sumarse a la participación en el ejercicio de la política.

Somos muchos los que adherimos a la defensa de la Democracia, al resguardo de las instituciones republicanas, al rechazo a las políticas hegemónicas de las corporaciones y al apoyo a todo aquel impulso que haga más parejo el reparto de lo que producimos.

Somos muchos los que rescatamos la lucha obrera forjada en el núcleo del peronismo con Perón, primero, en la lucha trabajadora de la Resistencia sin el Viejo, después, y en la reincorporación del trabajador al reparto del PBI nacional con valores cercanos a las décadas del 50 y 60.

Pero no somos pocos los que tenemos algunas dudas sobre el uso que el kirchnerismo le dé al capital político obtenido de la Plaza del SI del miércoles 18 de junio de 2008.

Deseamos que el proyecto político del actual gobierno forje una democracia mejor arraigada en los argentinos, sobre todo en aquellos que (como se afirmó en este espacio) siguen saliendo a la calle a hacer sonar las cacerolas sin ideas y sin propuestas alternativas claras ante lo que demonizan como la dictadura K.

Si todos apoyamos, es en beneficio del país y no de un sector, como precisamente dice el gobierno cuando se refiere a los cuatro jinetes de la fiesta sojera.

Pero nuestra participación no sólo debe ser declamativa: es necesario que participemos en espacios en donde la política pueda ser ejercida pluralmente.

Si no, el juego político-partidario terminará siendo el mismo reducto de siempre, reservado sólo para la rosca de turno.

jueves, 22 de mayo de 2008

Próximo round

La segunda velada boxística con el campo terminó (aunque veremos cuándo empieza la tercera).

Para los que imaginaban días de calma en el gobierno, se equivocaron.

Si bien durante el gobierno de Néstor las peleas las armaba el entonces presidente, hoy la realidad es otra.

Acercándose a los 6 meses de gestión, Cristina no para de recibir desafíos.

Ahora es por la pobreza. Perdón, por-la-pobreza-medida-por-el-INDEC.

Haber asegurado que bajó el porcentaje de argentinos pobres le valió un cruce de uno de los pocos hombres próximos (al menos ideológicamente) que tiene el gobierno entre los jefes de la Iglesia argentina: monseñor Casaretto.

El desafío del cristinismo (si es que existe este grupo) será crear escenarios para armar eventos boxísticos propios.

Los retadores siempre son peligrosos, pero más lo son si no los podemos elegir con anticipación. ¿no es cierto, Néstor?

miércoles, 30 de abril de 2008

"Kirchner no leyó a Marx", (por ahí sí a Maquiavelo)

Interesante columna de Silvia Mercado en lapoliticaonline.com.ar.

Es como para recordar viejas lecturas y estudios sobre Marx y tratar de entender al menos una parte de los pensamientos que van y vienen en la cabeza del Néstor I, esposo de la reina Cristina del Calafate, ambos miembros de la casa Rosada.

(click sobre la imagen para ir a la columna)

lunes, 21 de abril de 2008

¡Piedra libre al gobierno!

¡Cómo me cuesta hacerle entender a más de uno que los focos de incendio en el Delta no los prendió el gobierno!

Les digo: "en todo caso habrán sido los dueños y arrendatarios de esas tierras que queman para lograr pasto nuevo y luego vendrá la desidia de las provincias y la Nación que actuaron tarde".

Pero es imposible; cada vez me resulta más difícil defender lo que para muchos es indefendible.

Cada vez son más los convencidos de que el gobierno está detrás de cada episodio extraño que toma estado público.

El más reciente (dejando de lado el humo) es el del fenómeno de la inflación.

Ningunearlo recurrentemente no hizo más que alentar la sospecha sobre el gobierno.

Este doblez se está pagando caro.

Con el humo, surgen nuevas y fuertes dudas sobre la gestión de Cristina.

Se va construyendo un consenso para configurar una creencia social de que el gobierno manipula en las sombras.

El consenso es ni más ni menos que mucha gente que piensa en el mismo sentido sobre un hecho o una idea determinada.

Según el diccionario de Sociología del Luciano Gallino, tres son los modos mediante los cuales se desenvuelve el consenso.
  • Por vía artificial, actuando sobre nuevos miembros de la sociedad, mediante el control de la socialización.

  • por vía artificial, actuando sobre los miembros adultos de la sociedad, mediante el adoctrinamientos, la movilización ideológica, el empleo sistemático de los medios de comunicación de masa, la represión política y cultural de la disensión, el estímulo de la necesidad de conformidad.

  • por vía natural, con el desarrollo autónomo y la difusión espontánea de una cultura y en primer lugar de una moral.

Si un gobierno va tejiendo una moral política atada a medidas de superficie y engaños subterráneos, tendrá que ser demasiado hábil como para no ser advertido en su doble moral.

Si las maniobras son desplegadas con impericia política, se cae en la evidencia; si no hay preocupación por solapar esta trascendencia duplicada, socialmente se advertirá el doble juego paralelo del ejercicio del poder.

De este modo, esta moral política socialmente aceptada puede transformarse en doble moral social y, de este modo, todo lo que a gestión de gobierno refiera será percibido desde este plano de la ambivalencia.

Repito: Se puede ser ambiguo en la administración de un Estado como se lo puede ser en la vida cotidiana; la cuestión es saberse en este doble juego y medir la conveniencia de su trascendencia.

viernes, 28 de marzo de 2008

Es la movilidad social, estúpido(a)

Todo lo visto y actuado en estos días de piquetes, cacerolas, trompadas y pejotismo no hizo más que refrescar viejas miserias argentinas.

La Argentina de los inmigrantes de finales del siglo XIX y principios del XX no hizo más que recrear aquello de "mi´jo el dotor" como anhelo de crecimiento en el status social y, por supuesto, económico.

Era el deseo de aquellos tanitos y gallegos que llegaron sin un mango y dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de salir adelante.

Claro, eran tiempos en los que laburar era negocio.

El choreo no estaba de moda.

Ese espíritu de auténtico progresismo social-económico dio pautas para crear un horizonte de país en donde el futuro era "mejor que el presente".

Esos sueños recreados, sin duda, se fueron rompiendo.

Las largas décadas del siglo pasado así lo hicieron notar.

(Fíjense que hasta ahora ni hablé ni creo que hable de lo político, aunque esté estrechamente ligado al proceso del que hablo)

Y, más aún, esas ilusiones del "todo mejorará" se hicieron pedazos con la crisis del 2001.


Con la economía del 3 a 1, ese horizonte de promesas bondadosas, volvió a aparecer.

Ahora: ¿quiénes son los que lograron sumarse al tren del progreso? (al menos progreso económico)

Muchos apostamos a que nuestro gremio nos dé una mano y nos tire algún aumento de sueldo.

Muchos otros creemos que nuestro negocio a la calle podrá mejorar si la gente tiene un manguito más en la billetera.

Algunos apuestan a lograr financiamiento para ampliar su empresa.

Aquellos más alejados de nuestra realidad urbana, y por cierto muchos, vieron que el 3 a 1 era el momento de recuperar terreno perdido; así lo hicieron y lo siguen haciendo.

Con retenciones y todo, ese 35 por ciento menos de ingreso no impidió que toda la cadena de producción agropecuaria tuviese excelente rentabilidad.

El problema es cuando el gobierno de CFK va por más, no avisa y dispara el impuesto a las exportaciones a porcentajes casi confiscatorios.

Pero, ¿está mal que lo haya hecho?

Depende.

Si lo recaudado-no-coparticipado con las provincias se refleja en números que muestren un achicamiento de la brecha entre ricos y pobres, todo bien.

Pero esa curva es muy lenta cuando se la compara con los niveles de recuperación de puestos de trabajo.

Sin embargo, la pelea de fondo sigue siendo otra: ¿por qué hay sectores que mejoran sus ingresos y otros que no?; o mejor planteado: ¿por qué algunos mejoraron más que los otros?

¿Por qué hay sectores que vienen gozando de híper-rentabilidad y se la terminan recortando mediante decreto?

¿Por qué él crece económicamente y yo no?

¿Por qué a aquel le va mejor que a mi?

¿Por qué los sectores medios bajos se pueden comprar un televisor y un reproductor de DVD como el mío o yo no puedo llegar al plasma?

¿Por qué cualquier pelagatos puede llegar al cero kilómetro y yo ando en esta albóndiga?

Es la movilidad social, estúpido(a).

Todos quieren mejorar, pero no todos pueden.

Y el que puede, no lo dejan.

miércoles, 26 de marzo de 2008

¡Manos a la obra! (o al campo)


El que dispara la trompada es Luis D`Elía.

Descargó su furia contra este productor agropecuario de Gualeguaychú cuando llegaba junto con sus muchachos al Obelisco.

Después seguiría camino a Plaza de Mayo para copar ese lugar histórico y provocar la huida en estampida de las señoras-señores-chicos-bien de la zona norte de la Capital que fueron a repudiar el discurso de Cristina contra el campo.

¿Se puede hacer política a las trompadas?

Depende.

Si el objetivo es mostrar el simple patoterismo de los camisas-negras del kirchnerismo, bien valen las imágenes.

Pero si objetivo del gobierno de CFK es buscar una redefinición concreta de la relación del campo con la economía argentina, el camino está equivocado.

¿Por qué en vez de empujones y trompadas no tomamos medidas de fondo contra aquellos grandes intereses del agro, devenidos en capitales trasnacionales dedicados a plantar soja hasta en los techos de los ranchos?

martes, 25 de marzo de 2008

Cristina no es Néstor y viceversa


¡Qué momento, Cris!

Parece que el paro del campo resultó ser más complejo de lo que pensabas.

No es fácil plantar bandera en política.

Hay que tener suficiente espalda, y parece que Néstor la tenía.

¿Y vos, Cris?

Ojo que se viene el desabastecimiento, el mismo que había antes del paro campero; ya faltaban quesos, leches, aceites y demás.

Ahora falta carne, más leche, etc.

Fíjense bien hasta donde van a tensar la cuerda, porque detrás del conflicto viene el ruido a panza con hambre (al menos hambre por no poder comer lo que quiere).

Seguro que los grandes empresarios del campo no van a hacer teclear a Cristina; son parte de los pactos económicos de este gobierno.

Pero en el balance del conflicto va a ser feo tener que reconocer que les torcieron el brazo.
¡Mirá si Néstor tiene que meterse en la negociación con los productores para lograr levantar el paro!

A don K estas cosas no le pasaban.

lunes, 5 de noviembre de 2007

La era de las tetas

Con poco o mucho busto, señores, esta es la era de las mujeres en la política argentina. Si en su época hubo una Evita, una Alicia Moreau de Justo, una Florentina Gómez Miranda o incluso una "Chiche" Duhalde, eso es historia y más lateral entonces, que en el tiempo que hoy vivimos.

A partir del 10 de diciembre tendremos, por primera vez en la historia, una presidenta electa. La líder de la oposición será mujer (Carrió) y la tercera en cuestión será Gabriela Michetti, esta última un cuadro político mucho más preparado para la faena que el joven-rico Mauricio, tan cercano a los códigos empresariales y tan lejos del debate político.

Pero esta suerte de futurología política no se construye desde el lugar único de las mujeres en ciernes. Se hace también desde el peso político que tiene cada uno de los hombres de la política que serán sus seguros rivales. Scioli, Cobos, Macri, Schiaretti, Binner y otros, ¿serán capaces de salir a escena a pelearle a a estas tres mujeres-políticas-temperamentales como Cristina, Lilita y Michetti? Y si lo hacen, ¿tendrán con qué hacer frente?

Para el 10 de diciembre podrá volver Duhalde, permanecer Kirchner o reinventarse Solá. Pero será difícil que le arrebaten esos espacios dejados a manos de las nuevas mujeres de la política criolla.

Queridos lectores (a los hombres, claro): piensen en sus respectivas parejas femeninas e imagínenlas como si en vez de ejercer derechos de esposa estuviesen ejerciendo derechos de poder en lo más alto de un gobierno, para dejar atrás sus dominios de madre y ama de casa. Asusta, ¿no? Sobre todo porque puedan hacer las cosas mejor que los hombres que hasta ahora hegemonizaron la vida política argentina.

martes, 30 de octubre de 2007

Del "pillaje electoral" al "bolsillismo político"


Lo del domingo 28 no fue una muestra del clásico fraude electoral, tan usado hasta finales de la década del '30, del pasado siglo XX. Fue, en cambio, una maniobra certera de pillaje electoral, con el que se "secaron" de boletas los cuartos oscuros de miles de mesas de votación. El alcance de este hurto generalizado está dado por la enorme cantidad de denuncias que hicieron los votantes y que fueron reflejadas por distintos medios de comunicación y que derivó en denuncias de los partidos opositores ante la Justicia Electoral. ¿Habrá sido este pillaje una acción sistemática organizada desde el oficialismo? Es difícil saberlo.

No cabe duda de que este pillaje es una nueva manera de hacer política. Orilla con el fraude, pero no llega a serlo. Para algunos esta maniobra le robó la elección a la Coalición Cívica de Carrió. No creo que haya sido para tanto. Este accionar tendría que haber logrado, entonces, los 6 puntos a favor de Cristina que dejaron fuera de carrera a Lilita.

Pero la cuestión tiene raíces algo más profundas. Si bien pudo haber habido un plan sistemático para vaciar de boletas opositoras los cuartos oscuros, no deja de ser menos cierto la poca cantidad y capacidad de los fiscales opositores como para contrarresta semejante situación. Estos fiscales no estuvieron preparados para el gran desafío cívico de garantizar una elección democrática. Y para lograr esta empresa habrá que trabajar y mucho, y así permitir que al menos un partido opositor reuna voluntades y las lance a la calle para dar la pelea. O se logra mediante una cooptación cívica o se resuelve mediante la compra monetaria de voluntades. Y es bastante bien sabido que sobre esta segunda opción el Kirchnerato sabe y mucho.

Este futuro dibujado no hace otra cosa que dejar la brecha abierta al surgimiento de una nueva corriente política con gran poder económico y capacidad política para zambullirse en las aguas políticas argentinas. De ahí a la aparición de líderes políticos adinerados hay sólo un paso. Sólo miren los patrimonios de los principales candidatos presidenciales que tuvimos. Cristina, Lavagna, López Murphy, Rodriguez Saá (a excepción de Carrió) son personajes de la política con pequeñas fortunas personales. Y si no tienen con qué, podrán lograr que alguna mano generosa les preste unos cuantos pesos como para armar ese gran partido de cuadros bien pagos.

¡Son los bolsillos, estúpido!, dirán los futuros políticos mientras deciden reunir a verdaderos mercenarios de la política para su proyecto de gobierno. ¿Acaso no es lo que hace el Kirchnerato?

sábado, 27 de octubre de 2007

En el Palacio Rosado no hay lugar para dos


Hace días que se viene librando una batalla preocupante en el corazón físico del poder político argentino. Sucede que ya son varias las señales que llegan de parte del entorno de Cristina Fernández sobre el traslado de la sala de periodista de la Casa de Gobierno a otro edificio que nada tiene que ver con La Rosada.

Pero esto no es todo. Incluso hace horas, circuló un rumor que tuvo que ser desmentido por funcionarios actuales del Gobierno acerca de la decisión de que, para el domingo 28 de octubre (día de las elecciones) en la sala de periodistas no se permitiría el ingreso de la prensa.

¿No será mucho? Ya bastante recorte de información viene haciendo el actual gobierno K como para rematar esta política bloqueando el ingreso del periodismo a Balcarce 50.

Yo se que al kirchnerato no le gusta la prensa. Alguna razón deben tener. Pero hay que convivir con el periodismo y hay que saberlo aprovechar para difundir lo poco o mucho de bueno que puede hacer un gobierno.

Al Cristinismo: muchachos no se pongan de culo a la prensa; miren que cualquier despiste, por más leve que sea, va a ser aprovechado por más de un periodista carroñero dispuesto a cobrarse venganza. Un diálogo fraccionado y ríspido con la prensa genera malos entendidos. Y estas relaciones hacen que por cualquier episodio menor termine en tapa de los diarios; y la verdad eso cuesta poco evitarlo.

lunes, 22 de octubre de 2007

¡Crucemos los dedos!



Hay que reconocerlo. En estos últimos días de campaña empecé a encontrar un par de votantes de Cristina. No fueron muchos, pero algunos se pueden ubicar.

Hoy estuve en González Catán, partido de La Matanza, y me puse al tanto de la campaña en el conurbano bonaerense. Es curioso que muchos coinciden conmigo sobre la ausencia de personas que reconozcan que votarán por Cristina.

Algo no anda bien. Varios amigos se la pasan mandando correos electrónicos desesperados pidiendo votar a cualquiera menos a la Señora, en una empresa contra-reloj por lograr sacar a miles de personas de su microclima de plasmas, DVD´s, Playstation, sushi, tragos y comidas palermo-sohoenses y demás ritos de adultos-adolescentes; mientras tanto en los partidos que rodean a la Capital la Primera Dama junta público sólo por la buena voluntad de los punteros de cada partido ¿Dónde está la gente? ¿Aparecerán todos juntos, el domingo, a la hora de votar?

Para algunos ilusionados, será fundamental el corte de boleta. Pero, ¿serán capaces millones de argentos de recortar las boletas para recombinar los cinco ítems (presidente y vice, diputados y senadores nacionales, gobernador, legisladores provinciales, intendentes, concejales y consejeros escolares) que componen las papeletas, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires?

¡Qué difícil que la veo! Pero crucemos los dedos. Todavía somos muchos los que nos ilusionamos, no con la derrota de Cristina, sino con una victoria presidencial del kirchnerato cristinista menguada en sus alcances por una clara derrota en elección de legisladores para el Congreso Nacional.

sábado, 13 de octubre de 2007

¿Será verdad?





Siguiendo con nuestra preocupación electoral, no bajamos los brazos para dar con los votantes de Cristina. Como dijimos, desde nuestra mirada porteña, no resulta fácil darse cuenta a quién va a votar el electorado capitalino.

Sabemos que en el conurbano la cuestión parece ser distinta; es algo más accesible dar con un futuro votante de la Primera Dama, el 28 de octubre.

Pero seguimos dudando de la fiesta-electoral-por-anticipado.

Como parte de nuestras sospechas sobre la propaganda triunfalista del gobierno K, proponemos leer la encuesta realizada por Opinión Autenticada.