
“En la Argentina hay más de 500 mil personas en situación de servidumbre y sólo en la ciudad de Buenos Aires existen 3.000 talleres clandestinos que diariamente explotan a unas 40.000 personas bajo un inédito régimen de esclavitud, el problema es que con el empeoramiento de la crisis cada vez hay más víctimas de tráfico de personas y los dueños de los talleres quieren que dejemos de denunciar. Y no se trata de talleres pequeños, la mayoría trabaja para grandes marcas”, explicó Gustavo Vera, presidente de la Cooperativa La Alameda, la ONG dedicada al combate del trabajo esclavo.
El incremento de talleres clandestinos es un proceso que no ha frenado su crecimiento en los últimos años, a pesar de la cantidad de denuncias por trabajo esclavo. Pero desde que La Alameda inauguró a principios de julio el Centro Demostrativo de Indumentaria (CDI) en el barrio de Barracas, la molestia de los talleristas se transformó en una golpiza.
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