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jueves, 11 de junio de 2009

Menos argentinos emigran a España


Desde España, el corresponsal del diario Clarín, Juan Carlos Algañaraz, entrevistó al experto Walter Actis, un hispano-argentino especializado en temas migratorios quien reveló que cada vez menos compatriotas buscan un lugar en la Madres Patria.

Según datos aportados por este especialista, en los registros españoles se evidenció un descenso en la cantidad de argentinos radicados: la baja fue de 147.000 a 140.000 de acuerdo con números oficiales.

Nota completa, acá.

viernes, 23 de enero de 2009

Chapuzón para el olvido clasemediero


El diario le trajo las rémoras noventosas de aquella década reciente:

  • Departamentos en alquiler en Canasvieiras, 2, 3 y 4 personas, desde $a120 (pesos argentinos) por día...

-¡No lo puedo creer! ¡¡Negra, negra!! ¡Volvemos a irnos de vacaciones a Brasil!, soltó con toda la euforia de quien se sabe en tiempo de revancha, mientras los dedos desbordaban la calculadora haciendo cuentas que cerraban casi a la perfección con su bolsillo.

Era esa revancha, la que esperaba guardada durante tantos años en el cajón de los deseos frustrados.

Tantos años desde aquel 98 en el que todo empezó a desbarrancarse para su trabajo, para el de su esposa y para el de sus amigos.

Desde hace unos cuantos años viene tratando de hacer unos pesos como para guardarlos.

Ya no son épocas de ahorros; sabe que la clase media de la que es parte viene agarrándose con las uñas de la ladera de la montaña social: sabe perfectamente que la caída es para no recuperase hasta pasados eternos años.

"A gastar que se acaba el mundo", reza la cruda frase que los atraviesa, dentro del alma misma.

Pero ahora viene la reivindicación.

-¡Qué lindo volver a sentir el viento brasileño en la cara mientras disfruta de una caipirinha bien helada a la vera del mar transparente!

Esas fueron vivencias que Carlos Saúl I le regaló a él y a su siempre disponible, cambiante y pretencioso grupo social.

Ahora, la posibilidad se la da vaya a saber quién: ¿Los Kirchner? ¿Lula? ¿Obama? ¡Qué carajo me importa!, dice el muchacho cincuentón, algo pelado y panzón, un notable desinteresado por aquello que sea hablar de política, ya que "eso" es negocio de vivos y vagos.

Pero ahora, mirando a sus pies, ve que las valijas ya están compradas, hechas y listas, el auto okey para partir rumbo a las arenas brasileñas y atrás quedarán los reproches, los enojos, y los maldecires contra la clase política.

Después de todo, eso de que el campo fue castigado por las retenciones kirchneristas y lo de las AFJP y lo del blanqueo y qué se yo cuánto más quedó en el perfecto olvido.

Fueron los anuncios para la heladera, el cero kilómetro, más o menos siguen las compras en cuotas, y fraguó esa cadena de pensamientos con el 20 por ciento que remarcó la mercadería que vende en el negocio como para cubrirse los gastos de las vacaciones y hacerse de un manguito más a la vuelta del descanso.

Atrás quedaban todos esos pensamientos... delante venía el sol, la arena y el mar de turquesas.

-Cuando vuelva, veremos, se dijo con total desprejuicio.

sábado, 20 de septiembre de 2008

"Vuelvo vencido a la casita de mis viejos..."


Parece que el mejor refugio en el mundo sigue siendo la propia casa.

Como en el tango de Enrique Cadícamo, el malevo que todo lo creía y que todo lo podía, tiene que agachar la cabeza y retornar al calor del hogar que lo parió.

Buuuuuaaaaaaah!!!!!!

Como para cantar y cantar durante el finde, ahí va la letra completita (si la leen entera, usen pañuelitos descatables).


Barrio tranquilo de mi ayer,
como un triste atardecer,
a tu esquina vuelvo viejo...
Vuelvo más viejo,
la vida me ha cambiado...
en mi cabeza un poco de plata
me ha dejado.
Yo fui viajero del dolor
y en mi andar de soñador
comprendí mi mal de vida,
y cada beso lo borré con una copa,
en un juego de ilusión
repartí mi corazón.

Vuelvo vencido a la casita de mis viejos,
cada cosa es un recuerdo que se agita en mi memoria,
mis veinte abriles me llevaron lejos...
locuras juveniles, la falta de consejo.
Hay en la casa un hondo y cruel silencio huraño,
y al golpear, como un extraño,
me recibe el viejo criado...
Habré cambiado totalmente, que el anciano por la voz
tan sólo me reconoció.

Pobre viejita la encontré
enfermita; yo le hablé
y me miró con unos ojos...
Con esos ojos
nublados por el llanto
como diciéndome porqué tardaste tanto...
Ya nunca más he de partir
y a tu lado he de sentir
el calor de un gran cariño...
Sólo una madre nos perdona en esta vida,
es la única verdad,
es mentira lo demás.