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jueves, 6 de agosto de 2009

Los argentinos, dividos entre los que aceptan o no la despenalización del consumo de drogas


Según un sondeo de la consultura Ibarómetro, un 53,7% de los encuestados se manifestó en desacuerdo sobre la despenalización del consumo de drogas mientras que un 32,8% está de acuerdo y 13,5% no sabe.

Según la encuestadora, el índice de quienes están de acuerdo con la despenalización del consumo creció 5% en comparación con lo expresado en una medición similar de agosto de 2008.

El porcentaje de aceptación a la despenalización aumenta a 43,6% entre quienes dicen tener una ideología cercana a la izquierda.

Consultados sobre si el consumo de drogas ilícitas es un delito, 46,9% expresó que sí.

Ese índice se eleva a 54,3% entre los mayores de 60 años y a 50,4% entre los que tienen un nivel de instrucción más baja.

En cuanto a las formas de combatir el consumo, 38,5% dijo estar a favor de la sanción de leyes más duras, 31,2% se inclinó por la educación en las escuelas, 15% por el mayor control policial y casi 9% por las campañas publicitarias.

La encuesta de Ibarómetro fue hecha el 15 de julio sobre mil casos, en la ciudad de Buenos Aires y las 24 localidades de la periferia, donde viven unas 10 millones de personas y se concentra un cuarto de la población del país.

La encuesta salió a la luz a tres días de iniciarse en Buenos Aires la I Conferencia Latinoamericana de Política de Drogas, en la que especialistas y funcionarios debatirán la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal.

miércoles, 15 de julio de 2009

En medio de la crisis, los argentinos gastan lo mismo en primeras necesidades pero menos en bienes durables


La crisis internacional continúa afectando a la economía argentina y esto se ve reflejado en el comportamiento del consumo interno, el cual podemos dividir en consumo de primera necesidad y consumo de bienes durables.

Si bien el primero manifestó una caída desde fines del año pasado, la magnitud de la contracción no es grave. Dentro de este tipo de consumo pueden mencionarse como relevante el consumo de servicios públicos y el correspondiente al de supermercados.

El consumo de bienes durables, precisamente por no ser de primera necesidad es el que más sufre las consecuencias de la crisis y esto se puede observar, por ejemplo en las ventas de los shoppings y en el nivel de patentamientos.


Ir a informe completo, click en la imagen.

viernes, 3 de julio de 2009

Vuelve a bajar el consumo argentino de carne


El consumo de carne por persona cayó de 70 a 64 kilos por año desde febrero de 2008 hasta el mismo mes de 2009, afirmó hoy el jefe del Departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina, Adrián Bifaretti.

La ingesta de carne se consideró tradicionalmente en 70 kilos por persona, por año, pero en doce meses, entre febrero 2008 y 2009, cayó a 64 kilos aproximadamente de acuerdo con datos que surgen de la diferencia entre la oferta y la exportación.

"La gente se imagina que el consumo de cortes vacunos se mantendrá en niveles muy similares a los actuales.

Bifaretti considera que si los precios de productos avícolas, del cerdo y del pescado caen, "sin duda esto puede hacer variar la tendencia".

Leer nota completa acá.

jueves, 25 de junio de 2009

Los celulares, bancos y electrodomésticos encabezan la lista de quejas de los consumidores argentinos

De acuerdo a los datos de los Tribunales Arbitrales de Consumo que depende de la Secretaria de Comercio Interior de la Nación, la telefonía celular encabeza el ranking de los rubros más reclamados por los usuarios.

En la lista de las quejas siguen las consultas por las facturaciones en la luz y el gas y también por débitos incorrectos de los bancos.

Sobre los 317 reclamos que ingresaron en mayo a los Tribunales Arbitrales de Consumo el 32,8% corresponde al rubro "celulares".

La mayor parte de las quejas, el 24%, proviene de inconvenientes con la rescisión del contrato. El resto, por las garantías (23%); desconocimiento de la deuda con la compañía (22%) y por débitos incorrectos o cobros indebidos (17,3%). También para las entidades de usuarios, el volumen más grande de consultas tiene que ver con la telefonía celular.

Informe de Tribunales Arbitrales, click en la imagen.

martes, 9 de junio de 2009

Según una investigación, los argentinos consumen menos leche que hace 10 años


Según un trabajo de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, el consumo de leche tanto en chicos como adultos es un 25 por ciento menor al recomendado

El dato surge de un informe elaborado en el marco del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Facultad de Agronomía de la UBA, en base a los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud del ministerio de Salud de la Nación de 2007.

La comparación entre lo que se consume y lo que se debería consumir se logró mediante estadísticas para la Argentina de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y en estimaciones del programa de la UBA. Son 164 litros por año de leche y derivados cuando lo ideal sería consumir anualmente 219 litros.

Nota completa acá.

martes, 26 de mayo de 2009

El quiosco, pasión argentina


Una encuesta realizada por TNS Gallup Argentina en todo el país revela que los quioscos genera un hábito muy frecuente de consumo entre los argentinos y que parece constituir una tradición tan arraigada en la vida cotidiana como la de comer un asado o tomar mate.

De acuerdo con el estudio -titulado “El quiosco, parte de la vida cotidiana de los argentinos”-, para el 70% de la población, la elección del quiosco se basa en que está cerca de su hogar.

El 18% afirma que recurre a este tipo de comercio porque le queda de paso, y el 13 %, por tradición.

La encuesta destaca que, a pesar de la desaceleración que se produjo en el consumo en general, los productos de la canasta básica siguen ubicandose entre los que más demanda tienen y que los quioscos son uno de los principales motores de esta situación.

Por otra parte, el 64 % de las personas que concurre diariamente al quiosco tienen entre 18 y 24 años, mientras que los mayores de 65 constituyen sólo el 23 %.

Además, el 52 % de los entrevistados reconoce que cuando está frente al mostrador adquiere productos que no tenía pensado llevar inicialmente.

Por último, ocho de cada 10 personas dicen que van al quiosco por lo menos una vez por semana, y un 46 % afirma que lo hace todos los días, lo que demuestra la preeminencia de estos comercios en las preferencias de los consumidores.

ir a la nota acá.

martes, 19 de mayo de 2009

Consumo argentino: a ingresos altos, bajas expectativas


El diario Crítica de la Argentina realizó un relevamiento para determinar cómo pega la percepción de la crisis económica mundial en el mercado argentino.

Según el periódico, las ventas minoristas que apuntan a un público de alto poder adquisitivo en centros comerciales cayeron un 20%, el doble que las registradas en los shoppings a los que habitualmente concurre el público de ingresos menores.

Según Eduardo Elsztain, dueño de once establecimientos en el país, en plena crisis se comercializa menos en los “centros de lujo” que en aquellos que se dedican a atender a un público más heterogéneo. (ir a la nota, acá)

En realidad, en este espacio, esta nota nos resbala por obvios motivos sociales.

¿Se acuerdan? ¿Cómo decía el tango...?

"De chiquilín de miraba de afuera,
como esas cosas que nunca se alcanzan..."


lunes, 18 de mayo de 2009

Facebook: en "boludandia" ahora ya no sólo quieren consumir sino trabajar más y rendir mejor


En el mundo Facebook dicen que algo está cambiando.

Según publicó el diario Crítica de la Argentina, los jóvenes porteños con alta capacidad de ahorro, empleo y buen nivel de formación ya no priorizan el consumo sino la productividad y el empleo.

Así lo revela una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones de la Universidad de Bolonia en Buenos Aires.

Los resultados demostraron que la llamada “generación Facebook” modificó su percepción sobre la situación social y económica de la Argentina a un año y medio de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner y en el actual contexto de incertidumbre económica global: quienes asocian el dinero al trabajo, a la producción y al consumo en gastos tangibles pasaron de ser el 35% de los encuestados en octubre de 2007 al 51,5% en abril de 2009.

El relevamiento demostró, además, que los jóvenes porteños de clase alta se sienten cercanos a los ideales europeos, no tanto por cuestiones culturales sino por aspiraciones económicas: el Viejo Mundo representa, ahora más que nunca, la posibilidad de encontrar trabajo y estabilidad económica para quienes tienen alta capacidad de ahorro, trabajo y un alto nivel de estudios.

La encuesta fue realizada a mil hombres y mujeres de entre 18 y 35 años en los principales bares y restaurantes de Capital Federal.

De acuerdo con un particular ordenamiento, los encuestadores agruparon a los jóvenes en seis categorías: “delfines materialistas” (graduados pragmáticos que no se guían por valores espirituales); “castores ambiciosos” (empresarios con un sentido fuerte de productividad); “pingüinos en pantuflas” (casados que invierten en sus futuros hogares); “cigarras bon vivant” (los que salen, compran, hacen deportes); “ardillas cachorras” (estudiantes que ven seguridad y tranquilidad en el dinero), y “hormigas con familia” (aquellos que no conciben el dinero desde una perspectiva placentera). Los tres primeros grupos crecieron respecto de una encuesta similar realizada en 2007: son precisamente aquellos que asocian el dinero al trabajo, a la producción y al consumo en gastos tangibles.

La encuesta, titulada “Los jóvenes porteños y el imaginario europeo”, también sondeó la opinión sobre una hipotética integración argentina a la Unión Europea. El 61% de los entrevistados opinó que, si se produjera, la situación de la Argentina mejoraría. Sólo la mitad, sin embargo, se mostró abierta a esa posibilidad. Para ellos, el acercamiento con Europa no es una cuestión romántica basada en la tradición y en los lazos familiares, sino en sus expectativas de mejorar sus estándares de vida y de seguridad. El estudio determinó que sus principales temas son las noticias relacionadas con los deportes, la economía y la moda. El 90% de los entrevistados tiene internet en su casa, porcentaje que trepa al 99% entre quienes desearían una integración con la UE. Cuando se les pidió que señalaran los valores que mejor los representan, señalaron palabras como “soñar”, “oro”, “lógica” y “certeza”.

Christian Haedo, coordinador del Centro de Investigaciones de la Universidad, atribuye los resultados a lo que denomina la “generación Facebook”. “Estos jóvenes viven igual que en Europa: sus aspiraciones son económicas, educacionales y de calidad de vida. Dan por sentado los valores sociales y los derechos humanos. Para ellos, son cuestiones ya discutidas e incorporadas en cada país”, explicó a Crítica de la Argentina. “Son personas cultas y bien formadas –completa– pero no involucradas políticamente”.

domingo, 12 de abril de 2009

No hay caso, che: ni un reconocimiento miserable para el modelo K

En medio del destrozo global de las finanzas y la economía mundial, acá, aumenta algo taaan sensible para una economía como el consumo de energía.

¿Resutado mediático?= cualquier explicación menos la que se valga del argumento de la recuperación económica.

Para muestra, vale un clarinazo:

domingo, 12 de octubre de 2008

El capitalismo consumista o el consumo del capitalismo

Desde hace algunas semanas atrás vengo leyendo y releyendo parte de los pensamientos del polaco Zygmunt Bauman, notable sociólogo que advirtió con brillante sencillez y profundidad la quintaesencia del sistema dominante de nuestros tiempos. Más allá de las definiciones en torno al capitalismo en sus distintas fases, Baumann viene trabajando desde hace años en la noción de líquido para atravesar con su análisis nuestra realidad contemporánea.

La liquidez puede utilizarse bajo varias acepciones; una de ellas es acuñada como oro por este régimen económico que nos domina: la liquidez parece ser la garantía de que todo agente económico pueda subsistir dentro del sistema y responder con eficiencia ante desafíos propios de crecimiento dentro del modelo capitalista de consumo y ante los desafíos ajenos que promuevan otros agentes competidores dentro de dicho sistema.

Pero para Baumann, liquidez opera en otro nivel. Ser líquido no es contar con fondos suficientes para estar listo para el desafío sino estar a tono con el entorno líquido que impone el actual régimen de consumo que demanda estar dispuestos a la licuación de todo precepto moral, ético y filosófico que implique algún tipo de atadura con preceptos que nos impidan girar al ritmo y en el sentido que propone la vida de consumo. Y en todo caso, si el agente no tiene liquidez en términos de recursos económicos, el sistema se los proveerá, siempre y cuando la contraprestación sea permanecer dentro de él y bajo sus reglas de juego. De este modo, somos lo que el sistema promueve y vamos hacia el Norte por él propuesto.

Esto puede suponer la integración personal a una comunidad; pero es una verdad a medias. La promoción de valores comunes dentro de la sociedad de consumo no implica una comunión de valores que nos solidifiquen en cuanto a identidad comunitaria, sino en cuanto a gustos y modas que van superponiendo y modificando dichas pautas identitarias. Se es a consecuencia de gustar, no se es a fin de estar dentro de.

Esta percepción del individuo lo transforma en mercancía, dirá Bauman. Somos nosotros mismos quienes nos sometemos al régimen de consumo como bien consumible, sin interesar el producto que terminaremos siendo.

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Con lo dicho, creo que avanzamos importantes pasos en la confirmación de que este régimen capitalista caerá en tanto y en cuanto se fracture la cultura de consumo. Es ella la que en verdad opera en segundo plano, latente pero activa en el sostenimiento del régimen actual.

Dicho régimen puede desmoronarse financieramente; incluso económicamente. Puede quedar en inanición pero no muerto. Si no hay un salto cultural que logre deshacerse de las actuales pautas consumistas, habrá capitalismo para rato.

Somos muchos los que guardamos esperanzas de que un cambio del paradigma cultural frene el consumo actual, y por añadidura, el crecimiento por el crecimiento mismo de la economía mundial. A esta altura de la historia el índice de crecimiento económico ya no alcanza para lograr un crecimiento expansivo y abarcativo real de la economía en prosecución de un “capitalismo para todos”. Que los productos brutos internos nacionales crezcan es el anhelo de la mayoría de los economistas; para personas como la que escribe estas líneas resulta ser la peor noticia que ratifica la continuidad de la desigualdad.

En la Argentina, los gobiernos K vienen prometiendo y advirtiendo sobre la necesidad de la redistribución del ingreso. Si bien los logros en esta materia fueron notables contrastándolos con la debacle de 2001, resultan ser todavía insuficientes. La matriz productiva y reproductiva del capitalismo versión argentina demanda enormes ingresos para pocas manos, entre ellas las del Estado, cuyos fondos terminan volcados, en parte, en una redistribución entre los marginales del sistema. Pero la fórmula resulta exigua; la redistribución debe ser antes de que el Estado recaude y reparta. El sector privado claramente debe mancomunarse en la necesidad solidaria de resignar ingresos y permitir que otros actores sociales entren en el juego del sistema (contrario a la realidad actual de que muchos quedan fuera y son rescatados por la mano generosa de papá Estado). El negocio de un capitalismo para pocos termina en el egoísmo económico nihilista tal como hoy lo conocemos y como lo vemos despedazarse financieramente.

La fórmula del capitalismo contemporáneo pone en juego las estrategias estatales a fin de contener dicha ambición de los agentes privados; el deliberado intervencionismo estatal estadounidense en la actual crisis financiera es una muestra evidente que nos exime de toda explicación sobre el tema.

No tengo dudas de que el cambio debe ser cultural. Pero lograr cambiar culturalmente a semejante globalización económica y financiera refuerza la dificultad de alcanzar dicha empresa propuesta. Más aún cuando la democracia es engañada en sus buenas intenciones y es usada como el arma más eficiente a la hora de naturalizar el desbalance del reparto de las riquezas, bajo la apariencia de la igualdad ante la ley y la equidad ante los derechos ciudadanos.

Todavía nos falta un largo camino por recorrer. Como señalé más arriba, el régimen que nos domina es esencialmente cultural. Mientras nuestros amigos, vecinos, compatriotas y coterráneos sigan convencido de sus bondades habrá capitalismo para rato; no se animarán a la eutanasia, sino que intentarán por todos los medios seguir aplicándole múltiples cócteles de medidas para mantenerlo vivo, aunque siga postrado y pudriéndose en su lecho de enfermo. Los cambios siempre dan miedo, sobre todo cuando el riesgo es perder todo lo adquirido gracias a este sistema.