Por simple impresión, por simple observación y por simple opinión llegué a una simple conclusión: la marcha a la Plaza de Mayo convocada por el oficialismo fue más un Sí a Cristina que un Sí a la Democracia.
Si bien estuvieron representados distintos sectores sociales, culturales y políticos, el tinte del acto fue notoriamente peronista.
NO es un reproche directo al kirchnerismo: más bien es un llamado a aquellos que, todavía, no se animan a sumarse a la participación en el ejercicio de la política.
Somos muchos los que adherimos a la defensa de la Democracia, al resguardo de las instituciones republicanas, al rechazo a las políticas hegemónicas de las corporaciones y al apoyo a todo aquel impulso que haga más parejo el reparto de lo que producimos.
Somos muchos los que rescatamos la lucha obrera forjada en el núcleo del peronismo con Perón, primero, en la lucha trabajadora de la Resistencia sin el Viejo, después, y en la reincorporación del trabajador al reparto del PBI nacional con valores cercanos a las décadas del 50 y 60.
Pero no somos pocos los que tenemos algunas dudas sobre el uso que el kirchnerismo le dé al capital político obtenido de la Plaza del SI del miércoles 18 de junio de 2008.
Deseamos que el proyecto político del actual gobierno forje una democracia mejor arraigada en los argentinos, sobre todo en aquellos que (como se afirmó en este espacio) siguen saliendo a la calle a hacer sonar las cacerolas sin ideas y sin propuestas alternativas claras ante lo que demonizan como la dictadura K.
Si todos apoyamos, es en beneficio del país y no de un sector, como precisamente dice el gobierno cuando se refiere a los cuatro jinetes de la fiesta sojera.
Pero nuestra participación no sólo debe ser declamativa: es necesario que participemos en espacios en donde la política pueda ser ejercida pluralmente.
Si no, el juego político-partidario terminará siendo el mismo reducto de siempre, reservado sólo para la rosca de turno.
Pero nuestra participación no sólo debe ser declamativa: es necesario que participemos en espacios en donde la política pueda ser ejercida pluralmente.
Si no, el juego político-partidario terminará siendo el mismo reducto de siempre, reservado sólo para la rosca de turno.
1 comentario:
No creo que tenga algo de malo una plaza peronista, por lo contrario, hace falta este compromiso y revalidar nuevamente a los partidos políticos que, a mi parecer, ya no existen.
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