miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pensando (progresivamente) el 2011

El voto socialista a favor de la Ley de Medios hizo revivir la simpatía de muchos peronistas progres por Hermes Binner. Es que el actual gobernador despierta cariño más allá del socialismo; muchos lo ven como una suerte de Tabaré Vázquez a la argentina. Y es una realidad el conjunto de dirigentes que quiere que la centroizquierda argentina confluya en 2011 en un amplio arco político “alianzado” tras una figura con capacidad de gestión, buena imagen y proyección nacional.


Este anhelo se inscribe en un proceso fundacional que vive hoy la política argentina, a izquierda y a derecha: se trata de la constitución de un escenario político ocupado por al menos dos grandes partidos, movimientos o alianzas (con un tercer espacio ubicado hacia el centro) que puede ser el que defina las elecciones presidenciales del 2011.


Ya hemos escuchado hablar al sociólogo Artemio López de la pelea política argentina en términos de tercios; incluso fue la propia Cristina la que destacó esa trifecta en su primer discurso luego de la derrota del 28 de junio pasado: un tercio hacia la centroizquierda encabezado (por ahora) por el kirchnerismo; un partido de centro rejuntado a los tumbos por el Acuerdo Cívico y Social y el otro tercio apiñando a la tradicional derecha criolla, siempre dispersa en distinta identidades partidarias.


Ciertamente, es un interrogante saber quiénes serán los que encabecen cada bando: pero, a priori, emergen algunos datos: por el lado de lo que puede constituirse como centroderecha, Macri parece ser quien mejor calzaría hoy para la candidatura presidencial; por lo que se estructuraría como centro, el todavía vicepresidente Cobos lleva las de ganar para candidatearse, siempre y cuando suavice su estrategia ególatra que tanto irrita a los radicales y a los lilitos; y del lado de la centro izquierda, hoy el kirchnerismo parece entrar en un proceso de retirada inevitable pero a la vez necesaria, por lo que un candidato que emerja allí podría darse por una construcción todavía demasiado embrionaria: por ahora, Binner parece un nombre puesto al menos por su condición de gobernador provincial.


Es cierto que el oficialismo sigue mostrando uñas y dientes en la pelea política; pero no es menos cierto que el recorte de sus mayorías debilitará su fuerza; un repliegue estratégico del kirchnerismo hacia el interior del espacio de la centroizquierda suena oportuno y estratégico, aunque resta ver qué piensa su jefe político de hecho, el siempre activo Señor K.


Si la centroizquierda logra ir conformando un núcleo unido y duradero, su eficiencia parlamentaria puede darle resultados alentadores hasta las elecciones presidenciales.


Si el kirchnerismo pretende encabezar esa jugada, el resultado puede ser magro, teniendo en cuenta que la performance mediática del oficialismo no logra ser efectiva y difícilmente sus cuadros mejoren su inserción en la discusión pública (aún con la eventual Ley de Medios en vigencia)


Pero no hay que dejar de lado los vedetismos ideológicos y políticos que suelen manifestarse en las huestes progresistas. Berretines principistas del “pinismo”, moderaciones exageradas de los socialistas, cabildeos eternos del progresismo bonaerense y guapeadas estertóreas del kirchnerismo son, aisladamente, factores negativos para toda generación de un espacio común.


De todos modos, esas debilidades aisladas pueden ser contrastadas dentro de una construcción unificada, siempre y cuando se advierta que, si no hay confluencia, el 2011 girará hacia la derecha (o al centro por lo menos), con lo cual se habrán retrocedidos varios casilleros en la formación un verdadero espacio nacional y popular, tan pregonado discursivamente desde el sector.

3 comentarios:

Diego Quiles dijo...

Y VISTE, SIEMPRE ES MÁS FÁCIL JUNTAR A LA DERECHA.

SE HUELEN MENOS, SE HACEN MENOS PREGUNTAS SOBRE DOGMAS...

A PARTE LO QUE SE LLAMA "CENTRO" CASI SIEMPRE ES TAMBIÉN DERECHA.

VEREMOS QUE SE PUEDE HACER.

Anónimo dijo...

me parece que tu analisis esta cojo, te olvidate de a considerar al hecho maldito...

Diego Corbalán dijo...

no me gusta responder a "anónimos"... pero ¿cuál es el hecho maldito"?