Por supuesto que vuelven los rumores de fraude; después de todo es más de lo mismo de una oposición que tiene muchas denuncias, pocas ideas y apenas un puñado de fiscales para seguir de cerca una elección nacional.
Por eso en octubre de 2007 escribí algo así: no se trata de fraude sino de pillaje político, pecado más de ausencia opositora que de acción oficialista.
Por eso en octubre de 2007 escribí algo así: no se trata de fraude sino de pillaje político, pecado más de ausencia opositora que de acción oficialista.
Hoy la historia puede repetirse y seguiremos remitiéndonos al eterno debate de la militancia: esa rara acción mediante la cual seguidores de alguna corriente filosófica, ideológica o política deciden llevar a cabo para unirse en una tarea común en busca de un beneficio que no podrían alcanzar mediante desempeños individuales.
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