¿Entraron a algún banco en estos días?
Yo lo hice hoy.
¡Qué caras que se ven!
Los clientes hacen colas muuuuuucho más largas que las habituales, mientras los empleados hacen muecas de fastidio por la supuesta debacle.
¿Quién tendrá razón?
Por lo pronto todo parece una gran bola, de esas que lanzan un puñado de oportunistas de billetera gorda.
Lamentablemente no pude llegar hasta una de las tantas mesas de dinero que abundan por Buenos Aires (y no solo en la trastienda de los bancos).
¿A cuánto habrán estado las apuestas hoy?
¡Ojalá la clase media se de cuenta del peligro de seguir alentando el paro de la patronal agro-negocio-pecuaria!
Qué raro que nunca hubo un cacerolazo por la explotación del trabajador rural, ¿no?
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