sábado, 3 de mayo de 2008

¡¡¡Libertad, las pelotas!!!

Hoy es el día internacional de la libertad de prensa. Perdón, de la Libertad de Prensa, con mayúsculas.

¿Qué será ese raro postulado, no?

¿Cuántos trabajadores de prensa estarán en condiciones hoy de decir que desarrolla su tarea en un medio de comunicación con la libertad de expresión que desee?

¿Estará bien la libertad de prensa?

Una libertad debe ser entendida en toda su dimensión, más allá de las particularidades del caso.

Las libertades son libertades y responden directamente al régimen político que las comprende.

Si vivimos en democracia se supone que las mismas deben estar en la cima de los derechos humanos, pero circunscritas al terreno de los derechos mutuos. En términos clásicos del contractualismo, "no voy con mis libertades más allá de donde empieza el ámbito de los otros", tal como lo refleja nuestra Constitución Nacional.

¿Pero tanto palabrerío, alcanza a envolver y dar sentido a la libertad de prensa?

Hablar de éstas libertades a la hora de ejercer el periodismo es como hablar de las objetividades dentro de las ciencias sociales: es adentrarse en un discurso estéril y desajustado ante el derecho consuetudinario que nos da la práctica diaria de la vida misma.

Libertad de prensa, en todo caso, es libertad de pensamientos acotado por el vínculo con el medio que nos permite difundir nuestra palabra; o más bien es libertad para que, primero, reproduzcamos lo que nuestra empresa periodística quiere y, con suerte, podamos colar alguna idea, alguna mirada propia sobre la realidad de que nos rodea.

La libertad de prensa hay que entenderla en términos relativos, no absolutos.

Libertad de prensa como ejercicio personal se podrá lograr (y creo que así sucede) dentro del desafiante mundo de la blogósfera y de los sitios web de millones de personas en todo el mundo que ejercen su propio trabajo de expresión.

Yo estoy escribiendo este post con absoluta libertad: creo estar diciendo lo que realmente pienso sobre la cuestión, no tengo editor que no observe y supervise y no habrá línea editorial alguna que se sobreponga sobre la mía.

Todo lo que pueda condicionarme en este momento, será más bien por razones de orden psicológico, social o cultural.

Claro, con este ejercicio que estoy haciendo no estoy ganando dinero; gran problema si pretendo vivir de esto.

La plata hay que ganarla de otra manera, tal vez agachando la cabeza y ingresando en el desafiante y angustiante mundo de la...

...(LIBERTAD (libertad de prensa) DE EMPRESA)

Es un doble desafío en el cual tenemos que saber movernos muy astutamente.

Tal vez, podamos ganarnos la moneda de cualquier otra cosa que no sea el periodismo y dedicar nuestro tiempo restante a reforzar estas redes fenomenales de interconexión de personas mediante decenas de alternativas de comunicación, frente a los tradicionales medios copados por la patota de la pauta publicitaria, del chivo político y de la autocensura proscriptora.

Pero también se puede ganar un sueldo pagado por los medios y aprovechar sus recursos comunicacionales y tecnológicos para beneficio nuestro.

¿Acaso Uds. no lo están haciendo?

Claro, hay que poner cara de poker y adoptar cierta postura cínica ante nuestros superiores.

Todo depende de vuestra predisposición; todo depende de cuan firmes estén sus principios, sus valores, sus objetivos.

Piensen en este desafío como un detenido sometido al encierro y la tortura: sólo depende de la entereza de las convicciones para que nunca se resquebrajen ni rompan y que afloren una vez que la noche del tormento haya dado lugar a la luz de la libertad entendida como nosotros la entendemos.

¡Salud! ¡Viva la libertad de prensa!

No hay comentarios.: