Hoy, una porción importante de la clase política (especialmente la gobernante) debe estar soñando "Un mundo maravilloso", como lo canta el gran Louis Armstrong.
Es que no se editaron los diarios, mi amigo.
¡Feliz día del trabajador!
¡Y feliz día para los muchachos de la corporación!
Para coronar este gran día, solo faltaría que se apaguen las radios, los televisores y las computadoras, ¿no?
Pero seguimos cantando, aunque no tengamos micrófono.
Lo digo con toda solemnidad: estoy a favor de la libertad de expresión... y de la felicidad, también.
jueves, 1 de mayo de 2008
"What a Wonderful World" without newspapers
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