El jefe de gobierno porteño ya debe haber gastado unos cuantos lápices haciendo los números de la ciudad que él desea.
Es que la herencia presupuestaria que le dejaron Telerman e Ibarra puede poner en riesgo sus proyectos.
Uno de esos desafíos es el de la policía porteña.
Según estimaciones privadas y de la oposición porteña, el déficit presupuestario de la ciudad es del orden de los 800 millones de pesos.
A esto hay que sumarle los 1.600 millones aprobados por la Legislatura a fines del 2007 como endeudamiento para obra pública.
Si a esto sumamos los 900 millones extra por año necesarios para mantener la policía propia, el resultado es de un rojo mayor en las cuentas porteñas.
Por supuesto que las subas impositivas aplicadas en ABL y Patentes intentarán achicar el déficit, pero habrá que esperar los números nuevos de recaudación.
Incluso algunos machistas se entusiasman con números preliminares que muestran una mayor voluntad de pago de los contribuyentes de la ciudad.
Mucho más que los 900 millones
Sin embargo, los 900 millones para sostener la nueva fuerza de seguridad porteña no quedan ahí. Entre los hombres cercanos a Mauricio Macri hay una certeza: con ese presupuesto sólo se cubren los gastos para mantener en funciones a la actual estructura de la Policía Federal en la ciudad y los efectivos que la componen. Pero a esa cifra hay que agregarle el plus que Macri quiere darle a su policía distrital.
En los últimos días, el jefe de gobierno dejó trascender que pretende que la nueva fuerza de seguridad porteña tenga su propia Academia de formación, nuevo equipamiento tecnológico y un sueldo que supere en un 20 por ciento lo que hoy cobran los efectivos de la Federal.
Haciendo números rápidamente, el costo final para mantener esa nueva fuerza podría trepar cómodamente hasta los 1.500 millones de pesos por año. Y hay quienes dentro del macrismo arriesgan una cifra todavía mayor.
El doble desafío macrista
¿Cómo resolverá Macri la compleja realidad presupuestaria que representará mantener una Policía propia con presupuesto recalentado? Sin duda habrá que hacer ajustes en los gastos porteños y es allí en donde Mauricio Macri entrará en el doble desafío.
Ese desafío será hacer frente a una gestión con un distrito en marcha, con proyecciones económicas financieras positivas (pero mientras tanto con más deuda), con policía propia y con la presión de darle un golpe certero a la sensación de inseguridad que vive la mayoría de los porteños.
Macri estará metiendo la cabeza en una olla a presión, sin dudas. Pero la jugada será doblemente exitosa si logra domar en un solo acto a dos verdaderos caballos salvajes, como son el gasto porteño y la inseguridad de la ciudad.
Y si su proyecto resulta favorable demostrará que su estrategia de mostrar gestión como signo de construcción política no estaba errada.
Es sabido que Mauricio Macri apuesta a la gestión antes que a la estructura partidaria como base para posicionarse electoralmente entre los candidatos presidenciales del 2011.
Es que la herencia presupuestaria que le dejaron Telerman e Ibarra puede poner en riesgo sus proyectos.
Uno de esos desafíos es el de la policía porteña.
Según estimaciones privadas y de la oposición porteña, el déficit presupuestario de la ciudad es del orden de los 800 millones de pesos.
A esto hay que sumarle los 1.600 millones aprobados por la Legislatura a fines del 2007 como endeudamiento para obra pública.
Si a esto sumamos los 900 millones extra por año necesarios para mantener la policía propia, el resultado es de un rojo mayor en las cuentas porteñas.
Por supuesto que las subas impositivas aplicadas en ABL y Patentes intentarán achicar el déficit, pero habrá que esperar los números nuevos de recaudación.
Incluso algunos machistas se entusiasman con números preliminares que muestran una mayor voluntad de pago de los contribuyentes de la ciudad.
Mucho más que los 900 millones
Sin embargo, los 900 millones para sostener la nueva fuerza de seguridad porteña no quedan ahí. Entre los hombres cercanos a Mauricio Macri hay una certeza: con ese presupuesto sólo se cubren los gastos para mantener en funciones a la actual estructura de la Policía Federal en la ciudad y los efectivos que la componen. Pero a esa cifra hay que agregarle el plus que Macri quiere darle a su policía distrital.
En los últimos días, el jefe de gobierno dejó trascender que pretende que la nueva fuerza de seguridad porteña tenga su propia Academia de formación, nuevo equipamiento tecnológico y un sueldo que supere en un 20 por ciento lo que hoy cobran los efectivos de la Federal.
Haciendo números rápidamente, el costo final para mantener esa nueva fuerza podría trepar cómodamente hasta los 1.500 millones de pesos por año. Y hay quienes dentro del macrismo arriesgan una cifra todavía mayor.
El doble desafío macrista
¿Cómo resolverá Macri la compleja realidad presupuestaria que representará mantener una Policía propia con presupuesto recalentado? Sin duda habrá que hacer ajustes en los gastos porteños y es allí en donde Mauricio Macri entrará en el doble desafío.
Ese desafío será hacer frente a una gestión con un distrito en marcha, con proyecciones económicas financieras positivas (pero mientras tanto con más deuda), con policía propia y con la presión de darle un golpe certero a la sensación de inseguridad que vive la mayoría de los porteños.
Macri estará metiendo la cabeza en una olla a presión, sin dudas. Pero la jugada será doblemente exitosa si logra domar en un solo acto a dos verdaderos caballos salvajes, como son el gasto porteño y la inseguridad de la ciudad.
Y si su proyecto resulta favorable demostrará que su estrategia de mostrar gestión como signo de construcción política no estaba errada.
Es sabido que Mauricio Macri apuesta a la gestión antes que a la estructura partidaria como base para posicionarse electoralmente entre los candidatos presidenciales del 2011.
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