miércoles, 26 de marzo de 2014

Terapia social: la neurosis mediática y en 140 caracteres, también


El suicidio del esposo de Nazarena Vélez llenó a los medios de títulos, comentarios y opiniones.

Su muerte, como muchas otras se mediatizó, pero de un modo que no deja de incomodar.

La saga de twitters de la esposa del difunto y los que escribieron los familiares más cercanos reinstala el escenario del exhibicionismo mediático, aún cuando media una muerte.

¿Una pregunta? O varias: ¿Uds. se animarían a publicar libremente los detalles de la muerte de un ser querido?

O, ¿publicarían la interna familiar por quien pudo entrar o quien no en el velatorio del difunto?

Es más, ¿Alguna vez en un velatorio familiar a alguna persona de su entorno se le ocurrió no dejar pasar a alguien a despedir al muerto?

No son hechos no que no sucedan nunca, aunque son màs excepcionales que habituales.

La espectacularidad de ciertos acontecimientos son noticia por eso mismo, pero no por ser hechos relevantes.

La vida misma volcada en Twitter o en las redes sociales en general es un hábito cada vez más común.

Hay personas que hasta ponen en riesgo su imagen social o profesional con tal de hacer de su intimidad algo público y relevante.

Si hasta es un hecho que muchos acontecimientos que deban saberse en la vida privada, primero, se revelan en 140 caracteres.

Tal vez esta sea una queja de un muchacho como yo que se está poniendo grande.

Pero no deja de ser una reflexión necesaria para que pensemos para qué sirve lo que publicamos en las redes sociales.

Digo, para que por lo menos no nos engañemos.

A veces, más que para escribir para los otros, lo estamos haciendo para fugarnos de nuestro propio presente, íntimo y muchas veces doloroso.

A eso yo lo llamo, terapia social o hacer terapia con el fisgoneo de los otros nuestras propias vidas.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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