¿Nos habremos convertido en ESE lugar del mundo en donde todo pasa de largo sobre todo la crisis actual que sacude al mundo (sobre todo el de la timba financiera)?
¿Seremos receptores de masas hambreadas que huyen de la hecatombe capitalista de los países centrales?
¿Volveremos aquel país que abrió sus brazos para darle la bienvenida a millones de inmigrantes que escaparon de la debacle del primer mundo?
¿Habrá que reflotar los conventillos del Centro, la Boca y San Telmo para darle lugar a esos pobres desarrapados expulsados de sus tierras alguna vez prósperas?
¿No será demasiado tanta futurología?
¿No será esta especulación del mismo tenor que los pronósticos agoreros de tanto analista económico que, como ya lo hicieron con la Argentina post-default, vaticinaron vientos, tempestades y colapsos sin precedentes para nuestro país?
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