domingo, 31 de agosto de 2008

Abran, lean, discutan: Sebreli, los Kirchner y el "neopopulismo latinoamericano"

Esta es una nota de opinión de Juan José Sebreli publicada hoy en el diario Perfil en la que el sociólogo analiza el fenómeno del kirchnerismo en el contexto de los gobiernos surgidos en Latinoamérica en los últimos años

No comparto los dichos de Sebreli pero me parece que el debate, en este nivel de reflexión, es un bálsamo para aquellos que buscamos conocer sus posturas y discutir con los escasos pensadores de la derecha argentina, esos a los que vemos, aunque lo nieguen, dentro de la patria gorila.

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Juan José Sebreli

Neopupulismo latinoamericano

Durante el conflicto del campo, cartas abiertas, entrevistas radiales y televisivas y hasta un diálogo público con Néstor Kirchner han dado a conocer un nuevo estilo político, el de los peronistas posmodernos o “intelectuales K”. Conforma un derivado del impreciso “neopopulismo latinoamericano” o “socialismo del siglo XXI”, que representan Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y los hermanos Fidel y Raúl Castro, sempiternos patriarcas. Para el matrimonio Kirchner se trata de un viaje de ida y vuelta, del antiguo al nuevo populismo; ellos imitan a Chávez que, a su vez, se inspira en Perón. No hay muchas diferencias entre el viejo y el nuevo populismo, el modelo es el mismo: movimientismo opuesto al sistema de partidos, líderes autoritarios, manipulación de masas, desprecio por las instituciones republicanas y una economía mercadointernista y antiexportadora. Más sofisticados que los populistas históricos, los neopopulistas promueven un autoritarismo suave o, como decía un opositor venezolano, “un totalitarismo light”, de acuerdo a los tiempos medianamente democráticos que vive el continente.

Algunos adherentes al movimiento llamado Carta Abierta son funcionarios públicos o montoneros reciclados y algún firmante equívoco como David Viñas que luego, en un acto en la Biblioteca Nacional, declaró: “No soy un intelectual K”. En ese agrupamiento apresurado y heteróclito se destaca, con perfiles propios, un subgrupo inspirado por Ernesto Laclau, a su vez mentor intelectual de los Kirchner. Cristina Kirchner se dice discípula de Chantal Mouffe, mujer de Laclau, y En torno a lo político pasa por ser su libro de cabecera. Laclau mantuvo diálogos telefónicos desde Londres con los Kirchner aconsejándoles no transar con el campo y en su último viaje participó en un acto kirchnerista. La biografía intelectual de Laclau explica en parte sus complicadas posiciones. Hizo su primera intervención política allá por los años 50 en el FIP (Frente Izquierda Popular), agrupación trotkista-peronista presidida por Jorge Abelardo Ramos, inventor del nacionalismo de izquierda. Sin embargo, ya por entonces Laclau se acercaba más a Gramsci y al concepto de “lo nacional y popular” que al internacionalismo proletario de Trotsky, aunque se mantuvo apartado de los gramscianos argentinos a los que menospreciaba por “liberales”. También se fue alejando de Marx, difícil de conciliar con el nacionalismo, aunque se le agregara el calificativo de popular.

Esas preferencias del joven Laclau señalaban un rasgo que definiría su concepción posterior: el predominio de lo político sobre lo económico y de las particularidades nacionales sobre el universalismo. Después Laclau se estableció en Gran Bretaña, estudió en Oxford, fue profesor en la Universidad de Essex y reconoció en París su “verdadera patria espiritual”. En ese derrotero intelectual, insólito para un tercermundista, entró en contacto con las corrientes filosóficas europeas en boga: althusserismo, lacanismo, deconstructivismo. De esa mezcla rara entre el viejo populismo de su juventud porteña y el posestructuralismo francés de los 70, surgió el modelo del neopopulismo latinoamericano que, según sueña Laclau, puede llegar a jugar un papel protagónico en el futuro.

La fracción laclauista de Carta Abierta está integrada por profesores y sus discípulos de las facultades de humanidades de la UBA, incluido algún decano. Próximos a disciplinas periféricas como los estudios culturales, algunos de ellos se dedicaron a hacer filosofía de la literatura, y ahora quieren hacer literatura de la política. Su repercusión se ha reducido a los enclaves universitarios de las calle Puán o Marcelo T. De Alvear, y a engrosar las escuálidas huestes de las izquierdas en los actos kirchneristas; apenas una tormenta en un vaso de agua.

Este populismo de cátedra es distinto al de los años 60 y 70 centrado entonces en las “cátedras nacionales” originadas en el nacionalismo católico. El nuevo populismo proviene de la progresía convencida por Laclau de que la corriente institucionalista socialdemócrata es incapaz de responder a las demandas populares; acusa a Tabaré Vazquez y a Michelle Bachelet de “traidores” y a Lula Da Silva de “ambiguo”.

Pero el verdadero pensamiento de los intelectuales K es muy difícil de desentrañar dado que la prosa de Laclau y sus continuadores es críptica, comprensible tan sólo por una elite de iniciados, extraña opción para quienes se proponen “la construcción de un pueblo”, “la constitución de un nuevo sujeto político”. El estilo de Laclau está empedrado de indefinidos plurales: “Ideales emancipatorios”, “prácticas articulatorias”, “materialidades de la estructura discursiva”, “especificidades del vínculo hegemónico”, que traen el eco del barroco krausista-yrigoyenista. Con esa misma jergosidad academicista están escritas las proclamas de los intelectuales K y con la retórica hermética de sus papers o sus tesis universitarias hablan en los medios de comunicación. Más que declaraciones políticas parecen ser ejercicios de estilo. El alambicamiento sustituye a la argumentación y a la ausencia de datos objetivos. La oscuridad oculta la trivialidad y anacronismo de consignas que compañeros de ruta menos sutiles como Luis D’Elía reducen a antagonismos simplistas como pueblo-oligarquía y patria-colonia.

Además de los posestructuralistas franceses, otra fuente inesperada de Laclau es Carl Schmitt, jurista del nazismo a quien, aunque con reservas, reivindica. Se trata de un Schmitt algo distinto del admirado por los viejos populistas Arturo Sampay y Joaquín Díaz de Vivar, que querían convencer a Perón de invitarlo a la Argentina. El neoschmittianismo ha sido blanqueado de su nacionalsocialismo por la nueva izquierda después de que el jurista elogió las guerrillas campesinas. A través de Laclau y Mouffe, los Kirchner se enteraron de que eran schmittianos sin saberlo, ya que practican la concepción política preconizada por el teórico alemán: confrontación permanente, antagonismo insuperable de amigo-enemigo y decisionismo como forma opuesta a la discusión liberal. Aprendieron de Schmitt que el poder no reside en las instituciones republicanas sino en la persona del “soberano”, el que decide en el estado de excepción ante la crisis. Esta estrategia no les ha dado, sin embargo, los resultados esperados, y hasta llegó a ser derrotada en el Parlamento por la –para ellos– desdeñable deliberación indecisa de la democracia formal.

El laclauismo K tiene su parte de razón cuando sostiene que los conceptos de izquierda y derecha no están caducos y que sólo sus contenidos deben ser reconsiderados. Pero se equivoca cuando, al analizar las situaciones concretas, identifica a la izquierda con el populismo y a la derecha con la democracia liberal o la socialdemocracia. Se equivoca al calificar despectivamente de optimismo utópico al universalismo racionalista y democrático, y oponerle las “identidades colectivas” de pueblo y nación cuando éstas se están disolviendo ante el avance conjunto del individualismo y la globalización. El resurgimiento actual de los particularismos religiosos, étnicos y nacionales parecería darles la razón a los neopopulistas. Pero en la historia de las ideas políticas siempre ha ocurrido así, el avance avasallador de una tendencia provoca la reacción crispada de lo opuesto que lucha desesperadamente antes de morir.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Los pensadores de la derecha argentina son escasisimos ,hoy en la nacion , el mismo personaje vomita odio en un reportaje editado.
78 años y no le encuentran relevo.
sobre sus opiniones , son las mismas
de toda la vida ;no "al pueblo" por oposicion a la "gente" como uno.
un gorila de pelo duro.
Saludos

Julia dijo...

verbitsky hoy página! imperdible
fe dinero y poder

Anónimo dijo...

Algunasideas:
1 Kristina iita a Cháes? Kris nacionalizó algo? me parece que a la derecha vernacula le horroriza tato su "enemigo" (¿es otra cosa?), aunque les guste pensarse como los dialoguistas democratas que lo ben del mismo modo en todas partes los "otros" siempre os parecen iguales, si "otro" el populismo es su otro aquel a quien su práctica política convierte en "enemigo"
2 define al populismo: movimientismo opuesto al sistema de partidos, es cierto pero a la vez se apoyan en un partidao pj, MAS, etc,
líderes autoritarios tambien hay algo de ral aquie pero el autoriatirsmo no es patrimonio del populismo (¿videla populista?) y aqui en nombre de la república se han aplicada prácticas no muy demoicrñaticas (la prohibición del uso de la palabra peron es un ejmplo patético)
manipulación de masas o puede decirse llegada a ellas, claro que para los liberales cauqleuir cosa que parezezca un mov colectivo es cuco y es la única forma que tiene de explicarse por que los "pobre negritos" no votan por su indivdualismo mesócrata y su seria economía de mercado
, desprecio por las instituciones republicanas: repito lo dicho con respecto al autoritarismo
y una economía mercadointernista y antiexportadora: bueno eso es totalmente cierto y yo persomnalmente adhiero a este modelo de economía (aunque lo de anti exportador es dudoso)
sigue abajo.........

Anónimo dijo...

"Pero se equivoca cuando, al analizar las situaciones concretas, identifica a la izquierda con el populismo y a la derecha con la democracia liberal o la socialdemocracia" creo que tiene razón. sobre todo por que o toda izquierda es populista (aunque personalmente yo me incline por eso que despectivamente sebrelli llama "neopopulismo latinoamericano")
Hay que reconocer que ciertos elemento de la democ liberal se han covertido en fetiches de la derecha local, el individualismo a ultranza que lleva ala apoteosisi de lo espontaneo y la militancia la idea de desterrar el conflicto de la soc lo que no es mas que un intento de preservar lo que existe y que ademas ignora que los conflictos son elementos estructurales de cualqiuer sociedad (y esro no es un invento de mrxistas trasnochados sino que librales como Dehrendorph suscriben a estas teorías)
Pd: le preguntaría a Sebrelli qye esta con la CC si no reconsideraría la idea de que el ejecricio de la atuoridad y el poder del sobrao son parte del quehacer politico ya que Carrió intervino el ARI y Guistiniani el socialismo para disciplinar a aquellos que se salían de la "linea del partido" (horror!!!)

Anónimo dijo...

"manipulacion de masas" como signo del populismo, pero ¿no es manipulación de masas (pornográfica) la que ejercen los medios de comunicación?, "el campo" o mejor de dicho la dichosa mesa de enlace (que gracias a Locke nos salvo del populismo socializante)¿no se constituyo como puntal de un movimiento de masas, con movilizacion incluida? ¿no apelo a símbolos emotivos masivos, como los simbolos patrios y la idea del campo como escencia de argentinidad? ¿no cantaban los caceroleros "si esto no es el pueblo el pueblo donde está"? (¡¡Laclau!!, horror de horrores) ¿no quiso ser nu movimiento que trasciende el sistema de partidos? ¿dialogó?, claro Sebrelli puede pensar que el campo es populista y criticarlo pero me permito dudar.
Tambien cae en el discurso del anacronismo otro cliche de nuestra derecha. ciertamente como cosignas son viejas y en la realidad no se plantean esctrictamente asi pero:¿no sigue habiendo contradicciones entre los sectores dominantes y los populares? ¿no siguen siendo las relacioes entre los paises relaciones asimétricas y de dominación?, seguramtne Sebrelli no lo cree asi pero son cuestiones que pueden y deben ser palnteadas mas alla de ciertos eslóganes hoy en desuso.

Anónimo dijo...

Aclaro: mi escritura no es muy buena en el primer comentario quiese decir Que K y Chávez o son lo mismo para mejor o para peor y si bien esta la posible nac de Aerolineas no se compara con lo hecho por chavez mas adelante decia que el populismo es el otro del liberalismo (por lo menos del sudaca) y que su praxis politica lo convierte en su enemigo (Schmitt)

Diego Corbalán dijo...

Gracias Nixon!! Brillante tu aporte!! De eso se trataba el post: de que la muchachada pudiese hacer su descargo!!!

Anónimo dijo...

facho

Anónimo dijo...

Sebrelli detras de su intelectualismo esconde su asco por todo lo popular. Es un reaccionario, realiza mecanismos de desacreditación de todo lo popular a través de argucias intelectuales. Hablar de EL Soberano también podría retraernos a ROusseau pero no es mejor hablar de un nazi, para desacreditar.
En fin gorilas sobran.

Rafael Eduardo Micheletti dijo...

Excelente el artículo de Sebreli. Es brillante. Deja en evidencia el vacío intelectual de los Kirchner, la mediocridad de los intelectuales que los apoyan, que usan palabras difíciles para esconder su carencia de ideas. Prefieren sentirse parte de un movimiento con poder que ser rigurosos y exigentes con su vocación, que es analizar y describir la realidad.

Anónimo dijo...

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semelokertes marchimundui

Juan Cristonomo dijo...

Sebreli es uno se los tipos mas lúcidos de este triste país.
Junto a Borges, han sido los unicos que no apoyaron al dictador Galtieri a su demencial gesta. El resto de los argentinos fueron corriendo tras la banderita. El nacionalismo apesta, sea de derecha o de izquierda.