El gran problema es cuando hay que defender lo indefendible.
Como cuenta esta nota de Página/12 (click en la imagen para leerla), el INDEK pasó todos los limites tolerables.
En verdad, es el gobierno el que permite que todo se desmadre en materia de mensura económica.
Si la manipulación patriótica (esa que dibuja los números de la inflación) es criticada pero tolerada por sectores políticos cercanos al gobierno, esta ausencia de números sólidos sobre desocupación pone el kirchnerismo al borde del fraude perenne en áreas que empiezan a alejarse de lo estrictamente técnico-económico.
De un dibujo técnico pasamos a un dibujo político, que pone en serio riesgo la toma de decisiones en materia económica, social y laboral.
El INDEC, como lo conocimos hasta la llegada del kirchnerismo, tuvo una función esencial para la planificación de distintas políticas de gobierno.
Con la manipulación patriótica en alza, se resquebraja la base sustentable de dichas políticas.
Es dejar de gobernar para el futuro, para pasar a gobernar para el día a día por parte de una gestión como la de Cristina que está dejando el campo de batalla, para pasar a combatir refugiada desde la trinchera.
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