sábado, 26 de abril de 2008

Seis días

Sólo faltan 6 días para que venza la tregua del campo.


Fue un impasse de 30 días tras las 21 jornadas de lock-out patronal que bloqueó las rutas y provocó un serio desabastecimiento de alimentos.

Según la consultora Equis la jugada terminó pegando donde más le duele a los sectores medios y medios-bajos: en el bolsillo.

Si bien hubo perdedores, ¿quién ganó?

En cuestión de gestos políticos y percepción social del conflicto, los barones del campo argentino lograron buenos réditos.
  • Primero: lograron el tan reclamado diálogo con el gobierno (que este no quería ni buscó antes de aumentar las retenciones) para discutir la política agropecuaria, sector por sector.
  • Segundo: los dirigentes del campo se instalaron en los medios como oposición válida al gobierno, mientras la oposición político-partidaria siguió y sigue corriendo atrás de todo sector que decida plantarle bandera a los Kirchner.
  • Tercero: los máximos dirigentes rurales lograron estar en la Casa Rosada como invitados para presenciar la asunción del nuevo ministro de Economía (Carlos Fernández) quien asumió en lugar del funcionario que terminó pagando los platos rotos del conflicto campero: Martín Lousteau.
No quedan dudas de que, hasta el momentos, el campo lleva las de ganar; al menos logró algo que no era fácil en tiempo de Néstor: marcar el rumbo de la agenda pública.

Sólo falta saber qué va a pasar en los seis días que restan hasta el viernes 2 de mayo cuando llegue a su fin la tregua de los señores de la tierra.

Arriesgar semejante capital político acumulado en estos días con la vuelta a los cortes y el desabastecimiento de alimentos sería una jugada que ahogue todo lo logrado hasta ahora.

Haber logrado que el kirchnerismo pongan una rodilla en tierra no es tarea fácil.
Retomando un concepto que ya utilicé, es tiempo de que los dirigentes del campo asuman que su reclamo debe cristalizarse dentro de una estructura político-partidaria.

Es lo que nos permite la democracia como juego: que haya rivalidad con reglas claras.

Porque si en vez de un enfrentamiento de ese tipo, sostenemos una pelea de corporaciones (a saber, la política, por un lado y la agropecuaria, por el otro) las armas que se utilicen estarán reñidas de tipo de prácticas previsibles y válidas como las que permite un régimen de gobierno como el que todavía tenemos.

No hay comentarios.: