domingo, 8 de noviembre de 2009

C, triple C

Dice Schurman en el diario C, sobre la triple C:
Propios y extraños sostienen que la hiperkinesis del ex presidente sólo busca garantizar la gobernabilidad de Cristina. Pero el consorte dejó en claro en su círculo íntimo que sueña con llegar a la Presidencia otra vez. Poco le importa que la buena estrella que lo acompañaba se haya apagado.
Las denuncias de prebendas ya no surgen de los cuarteles de Elisa Carrió o del radicalismo. Son los movimientos sociales que por años recibieron el calor oficial los que señalan prácticas clientelares en un programa de financiamiento para cooperativas.

Aunque Aníbal Fernández defendió la canalización de la ayuda a través de los intendentes del conurbano, la fuerza de las imágenes del corte en la Avenida 9 de Julio y el fantasma de Kosteki y Santillán lo dejaron sin ínfulas. El jefe de Gabinete debió abrir negociaciones con los mismos piqueteros que había considerado poco menos que demodé.

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