sábado, 27 de junio de 2009

Elecciones 2009: ahora que no hablan los políticos, hablemos de nosotros, de los argentinos


Hoy, mientras todavía no podemos hablar de políticos para no violar la veda, sería bueno hablar de nosotros, los que somos citados como la “gente” y no ya como el pueblo.

Durante toda la campaña electoral fue incesante la crítica a la clase política como si fuese la única culpable del ser maligno argentino; y nosotros, los comunes, los votantes, ¿qué somos? ¿en qué andamos? ¿estamos haciendo la república que nuestros reprochables dirigente no hacen?

Una primera lectura crítica acerca de lo que somos como simples-ciudadanos-que-votamos es el pobre nivel de debate político. No tengo dudas de que esta baja calidad de los discursos puestos a confrontar es peor que no hablar de política.

Pero, ¿acaso discutir si Cristina es soberbia o De Narváez tiene un tatuaje inoportuno constituye el nudo central de una discusión política pertinente?

¿Se puede no votar al gobierno porque son matones y facinerosos y elegir apoyar al pro-peronismo porque son prudentes, no estridentes y simpáticos a la hora de hacer campaña?

Pero ahora indaguemos en nuestro barrio social con más preguntas:

¿A quién votará nuestra patética clase media, siempre dispuesta a sostener un ritmo de vida ajeno? ¿Por quién se inclinarán en este 28 de junio esos que cuando refaccionan sus casas se preocupan por empezar por el frente para demostrar que su fachada es la más bonita y ostentosa de la cuadra?

¿Qué candidatos serán beneficiado por el voto de aquellos que creen que, a colegio más caro, mejor educación, pero olvidan que para sostener una cuota de centenares de pesos deben resignarse a ver a sus hijos media hora por día?

¿De qué lado estarán los que deciden encerrarse en los countries y en los shoppings todo un sábado o todo un domingo con el sólo fin de mimetizarse con otros como ellos que putean cuando los pobres se compran pilchas similares a las suyas, pero a precio vil de la Salada?

¿A quién darán sus votos los que creen que se ganarán el cielo dándole unas monedas al pobre en la calle o donando moneditas del super a la fundación de turno?

¿De qué lado estarán los que se enganchan ilegalmente de la luz para iluminar sus locales comerciales, o pasan la barrera del telepeaje pegados al auto de adelante y después se suben al púlpito de la doctrina clasemediera para acusar de pícaros, chorros y corruptos a la clase política de turno?

¿A qué partido votarán los que prefieren el cero kilómetro ostentoso antes que un auto modesto que les permita disimularse al menos un poco en el barro social que conforman millones de personas que la pelean todos los días para tratar de vivir como un clase media con sueldo de pobre?

¿Por qué creo que esos no votarán como yo?

Pero tengo más preguntas:

¿Por quién votarán los que salieron de la larga noche neoliberal sin trabajo y lograron recomponer sus vidas gracias al laburo, ese ritual que tan poco ejercitan aquellos más tienen?

¿Para quién irá el voto de los que volvieron a creer en la cultura del trabajo, no por el trabajo en sí, sino porque le pagan un sueldo más o menos digno para sostener a la familia?

¿Qué candidato votarán los que apuestan a la educación pública para sus hijos y para los que saben que pagando una medicina prepaga sólo estarán comprando una linda habitación para parir o una falsa sonrisa de la empleada del mes de la clínica?

¿A dónde irá el voto de los que saben que el Estado no es solamente veredas arregladas y baches tapados sino también hospitales en condiciones y escuelas apropiadas?

¿A quién votaran aquellos que creen que una sociedad igualitaria no es la que reparte mejor las migajas de la abundancia sino aquella que está conformada por un conjunto de hombres y mujeres más o menos iguales, con derechos y obligaciones parecidos (aunque lamentablemente nunca iguales)?

-----------------------------

En una sociedad de la presunción y de la arrogancia generalizadas entre varias capas sociales; en un contexto social de sectores medios temerosos de caer y dejar de ser lo que son y preocupados de ser lo que les dijeron que pueden ser; en un país de extremas necesidades y de abundantes sobras se fueron constituyendo imaginarios sociales de los más diversos.

Los sectores medios se suben a la fiesta del consumo descontrolado y se rompen el lomo laburando para alcanzar un nivel de vida que sólo poseen aquellos que no necesitan trabajar porque tienen quienes lo hagan por ellos; y los ricos (con anuencia de la tilingua clase media) creyendo que este pedazo de tierra sudamericana debe volver a ser ese país europeo que fuimos alguna vez, prescindiendo de los negros, los bolivianos, los paraguayos y de todo lo que huela a grasa latinoamericana.

En suma, este 28 nos estaremos votando a nosotros mismo y no ya a candidatos que componen una raza mejorada surgida de nuestra compleja sociedad; el 28 el voto es un día en el que todos nos creemos ciudadanos, incluso hasta aquellos que no están conformes con lo que son pero que para cambiar tampoco se comprometen con causas que vayan más allá del futbol cinco con los amigos o del asado de los domingos.

Después de todo, la Argentina vive un proceso de democracia cada dos años: un régimen que no pide más compromiso que el de ir a votar cada 730 días.

En ese contexto, entonces, es fácil explicar que aparezcan candidatos que sólo piden el voto ciudadano porque dicen que ellos saben lo que tienen que hacer; y aseguran que no necesitan que nos involucremos en la política porque consideran que en sus manos está el conocimiento, la eficiencia y el compromiso de hacer de la política un bien para todos.

A esos candidatos no los pienso votar; y creo que los otros sí lo harán porque, después de todo, no votan como yo, ni como vos, ni como nosotros.

2 comentarios:

hpc dijo...

Diego te escucho todas las
mañanas en la 530, mi radio de cabecera,
comparto plenamente tus reflexiones,
por lo cual si bien vote al oficialismo presentia este dia post elecciones. Tambien presiento
un pais sin destino como hasta ahora hemos sido.
Me enseñaron a laburar y con 53 años llego a comprobar que un exitoso, en este caso un politico,
es el que desde el año 2006 a la actualidad falta a las sesiones un 73% de las mismas y es reelecto en mayor medida para el cargo. Destino...oscuro!!!
Que el futuro se apiade de los que pensamos como vos reflexionas.
Un abrazo y gracias por hacerme mas "livianas" las mañanas
mientras viajo a Capital.
Horacio Cornaggia
(La Plata)

Diego Corbalán dijo...

gracias por el aguante!

seguimos en la lucha para darle un poco más de cordura a este mundo loco!