Frente al embate financiero contra el kirchnerato, algunas reflexiones:
- no hay dudas de que el gobierno goza de espaldas monetarias anchas, constituidas por las reserva del Banco Central.
- queda en evidencia que, políticamente, el matrimonio puede darse el lujo de contar de su lado con el magnánimo aparato pejotista.
- se muestra bastante claro que empresas y bancos no están decididamente en la vereda de enfrente del régimen.
- se observa perfectamente la alianza agro-negocio-pecuaria con los medios de comunicación (especialmente a la hora de escuchar y leer quiénes son sus anunciantes).
- es preocupante ver a la oposición mendigándole espacios políticos a la protesta rural, mediante visitas a sus piquetes o recibiéndolos como héroes de una causa patriótica.
- es todavía más preocupante observar cómo partidos como el MST termina diciéndole sí a la protesta rural por el sólo hecho de oponerse a la matriz económica de los Kirchner.
- emerge como triste y poco esperanzador el gesto de la clase media corriendo a buscar sus ahorritos a los bancos para convertirlos a moneda segura.
- se manifiesta todavía más acuciante la remarcación-de-precios-por-las-dudas de amplios sectores del comercio.
- la sucesión de episodios de los últimos días arrastra a los trabajadores asalariados a una reacción contraria a la causa agraria y, por ahora, tenuemente favorable al gobierno (todo esto como consecuencia de la infla-remarcación que carcome los sueldos).
Frente a este panorama de fantasmas de crisis, otras reflexiones:
- si se pretende desestabilizar un gobierno, no metan la mano en la economía: ¿se olvidaron lo que fue 2001?
- apuesten una gran movilización social apelando a esos supuestos valores patrios que el campo agita como banderas propias.
- ¿Acaso hay que hacerle temblar los ahorros a la gente para que haya movilización en las calles?
Está claro que la desestabilización económica es una herramienta válida, pero en tiempos de economías débiles. - Hay que ser bastante más creativos y construir oposición a los Kirchner desde otro lugar.
Tal vez ya estén en marcha grupos de tareas con fines golpistas: la clandestinidad puede ser una variante, pero poco democrática, por cierto. - ¿Hasta cuando se puede sostener el lock out rural con el aval de sectores socialmente periféricos en el orden nacional?
- No olvidar que tanto gobierno, campo y medios de comunicación fueron socios de la fiesta sojera hasta hace pocos meses atrás.
- De esta crisis habrá que sacar jugosas conclusiones sobre los partidos opositores: la falta de iniciativa y la escasa movilización lograda hasta ahora son síntomas de una debilidad política que será difícil de apuntalar si no se trabaja en serio para el año que viene.
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