Lo entiendo.
A veces, por verla de adentro, la historia no puede apreciarse en toda su dimensión.
Por eso valen tanto los amigos; sobre todo los que piensan.
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Querido Diego:
Ando preocupado por lo que nos está pasando a los argentinos. Es que cerrado mediáticamente el conflicto entre el gobierno y el campo, se abre un espacio obligadamente interesante para el debate sobre el rol de los medios de comunicación, las noticias, el poder político y los negocios. Todos estos condimentos van salpimentando la realidad argentina. La nota de hoy de Lanata en Crítica no hace más que reflejar parte de la historia en cuestión. Pero, justamente, es un parte, no toda.
El entrecruce de intereses hace que medios y gobierno nunca se lleven bien; bah, siempre y cuando haya reparto de negocios. Billetera en mano, cualquier gobierno de turno puede lograr una pax adecuada; y los Kirchner lo hicieron. No es nuevo que un grupo periodístico puje por más beneficios y privilegios; pero cualquier otro grupo económico haría y hace lo mismo. Pero a la hora de los momentos políticamente críticos, los pactos preexistentes deben dar su resultado.
Ante el conflicto con el campo, el gobierno de CFK se vio ante la realidad de los medios "rebeldizados" dándole aire, micrófono y participación a los productores rurales. ¡Traicioneros, Malagradecidos!, habrán gritado en Balcarce 50.¿Y por qué habrá sido tanta calentura? Bueno, está claro que los K fueron muy atentos con los medios de comunicación.
Prorrogaron licencias para la explotación de señales de radio y televisión, condonaron deudas y permitieron fusiones empresariales-mediáticas que avanzan sobre la pluralidad de los medios. En términos K, fueron demasiadas concesiones como para, encima, tener que presenciar el acto de "libre expresión" que significó ver a tanto productor agropecuario gritando y hasta puteando a la presidenta.
Muchos ven a los Kirchner como potenciales Cháves a la hora de fustigar a la prensa opositora. Pero recuerden de don Hugo no renovó licencias a los canales que consideraba enemigos, teniendo en cuenta que las licencias no son de las empresas de medios, sino que son administradas por los Estados en base a convenios internacionales. NADIE ES DUEÑO DE LAS FRECUENCIAS; los Estados son administradores y los explotadores podrán ser tanto públicos como privados. De este modo, las diferencias están planteadas claramente entre los K y el bolivariano.
Todos lo gritos del matrimonio contra los medios serán pura espuma en tanto y en cuanto no avancen con medidas concretas como, por ejemplo, el impulso de una nueva ley de Radiodifusión mientras la actual sigue vivita y coleando como lo hace desde aquel día (de principios de los 80) que la promulgó la dictadura genocida y facinerosa que gobernó la Argentina desde el 76 hasta el 83.
Un Observatorio para evaluar los contenidos eventualmente discriminatorios emitidos por los medios no hace más que eso, espuma.
Un abrazo grande.
Tu amigo Xxxxx Xxxxxxxx
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