miércoles, 2 de abril de 2008

Guerra de corporaciones



Qué suerte que pasen las horas y que vaya entendiendo lo que nos sucede.

¡Por fin me doy cuenta!

Esto no es ciudad versus campo.

No es gobierno contra campo.

No es industrialismo versus agrarismo.

Esta disputa que vivimos es ni más ni menos que una ¡guerra de corporaciones!

De un lado del ring, "La corporación político-sindical".






Del otro lado, "La corporación agrícola-sojera"







Los primeros se comen lo que producen los otros.

Y los segundo quieren embolsar ganancias como para comprarse un país entero.

¡Y nosotros en el medio!

Hoy, a esta hora, somos un pueblo que se deja llevar hacia el pseudo-movimientismo kirchnerista (que habrá que ver hasta donde puede tener reflejo en aquel movimiento fundado por Juan Domingo), por un lado.


Y por el otro muchos se ven tentados por sumarse al movimiento supuestamente independiente de productores agropecuarios (muchos y visibles de ellos son pequeños y medianos, es cierto, y no se hacen ricos con lo que ganan), pero que viven prendidos del negocio sojero como tabla de salvación.


¿Qué hacemos?

Si pretenden que las grandes soluciones del país salgan de estos dos frentes, mal caminos habremos elegido.

Hay límites.

Y para algunos (o muchos, seguramente), la raya es la leche para nuestros hijos.

Si ese alimento elemental empieza a faltar, alguien se lo va a tomar demasiado mal.

Y, por falta de alimentos básicos, alguien va a justificar la violencia; para uno u otro lado.
Por suerte, todo parece indicar que el conflicto va entra, lentamente, en una suerte de tregua.
Ojalá que haya descompresión de cabezas y que gane la sentatez.
Si joden con la comida, todo se desmadra.
Ayer fue muy triste ver a la corporación política copar el palco de Cristina con gestos de gente que disfruta de una fiesta.
Fue fulero ver a tipos como Guillermo Moreno mostrándose alegre y dicharachero mientras las góndolas se estaban vaciando.
¿No era que ese tipo era un duro dipuesto a cualquier cosa en defensa del bolsillo?
¿Por qué no apretó a quien correspondiese para que no hubiese desabastecimiento?
Cosas de corporaciones: importa lo propio; importa el propio ombligo.

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