Quien no conoce las entrañas del conurbano no podrá ser capaz de entender la idiosincrasia bonaerense. Muchos aspectos de la vida diaria de los vecinos que viven a varios kilómetros de la Capital Federal se constituyen a partir de las carencias.
El transporte público (su ausencia) es una realidad que se compensa con variantes como los remises ilegales. En el conurbano se les dice "los cerosetentaycinco". Reemplazan a los colectivos que no ingresan en barrios de calles rotas o simplemente sin asfalto. Serpentean calles difíciles más por la inseguridad que por su intransitabilidad. Desplazan a los remises legales y se adueñan de los vecinos de a pie, quienes los aceptan más por necesidad que por convicción. Eso es un cerosetentaycinco, ni más ni menos.
Este pequeño informe es una pincelada de esa realidad. Los testimonios recogidos pertenecen a vecinos de la localidad de Laferrere, partido de La Matanza. Laferrere es una de las localidades del Gran Buenos Aires que concentra el mayor número de transporte ilegal y allí estuvimos para hablar con los protagonistas.
(la imagen no es antojadiza: gran parte de los cerosetentaycinco que circulan por el conurbano bonaerense son Ford Falcon, con una antigüedad que supera los 20 años; lo del perro es toda una alegoría)
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