jueves, 31 de diciembre de 2009

Balanceómetro 2009


Enero

Empezamos el año bien negro, con presidente norteamericano afro y hasta el titular del Partido Republicano con su piel oscura.

Aníbal, el inefable superministro K todo terreno cruzó con su espada discursiva al siempre políticamente correcto Mauricio de Buenos Aires: lo tildó de vago.

Febrero

Escuchamos a Susana Giménez decir: “el que mata tiene que morir” y Hebe de Bonafini le recordaba su pasado de revuelcos en alcobas milicas.

El lumpen de la derecha, “Upa” De Ángeli tomaban un banco luego de un concierto de piquetes sojeros y nos preguntábamos por qué esos sectores se adueñaban con pseudo legitimidad las herramientas de lucha de pobres, desocupados y marginados de la Argentina.

Cuestionamos a los medios por sus debates-no-debates: el “drama” de los escaladores del Aconcagua, los pasajeros varados en un crucero en la Antártida, el aumento de las escuelas privadas, la suba de la luz para los que más consumen y la violación de la privacidad de los usuarios de Facebook.

La clase media volvía a las calles en una “gesta patria” que rememoraba los finales de 2001, pero lo hacía… ¡¡¡por la suba de la tarifa de la luz para los consumos más altos!!!

La discusión pre-campaña le dio pátina de demócratas-progresistas a los más particulares sujetos de la derecha: De Narváez pedía que por la crisis no se eche a un solo trabajador.

Nos enteramos de que los viejitos represores detenidos en Marcos Paz se reunían para provocar intriga y conspirar contra el gobierno nacional.

Nos llegaron las primeras imágenes de la debacle del primer mundo con el rostro desesperado de miles de personas en Europa y en los Estados Unidos embargadas y expulsadas de sus casas hipotecadas.

Néstor Kirchner amagada lanzarse a la pelea bonaerense y el Colorado se ponía todavía más progre al decir que la desigualdad era factor clave para explicar a la inseguridad; el gran Pingüino encabezaba todas las encuestas.
Marzo

Macri prometía la tunelera para hacer obras hídricas.

Clarín se horrorizaba por la escalada de frases violentas de personajes públicos.

El gobierno nacional lanzaba la piedra para la discusión sobre la nueva Ley de Medios.

El kirchnerismo de pre-campaña, perdía por afano en los medios: por cada oficialista sentado a alguna mesa, 3 o 4 de la oposición carnean al sujeto o sujeta K en cuestión.

Se adelantaban las elecciones por voto del Congreso y todo se ponía muuuuy caliente.

Un amigo de buenos contactos me alertaba: “los poderosos se cansaron de Néstor”.

Abril

Se moría Alfonsín y vastos sectores de la clase media se acordaban que el viejo existía y lo ponderaban exageradamente como “el último de los demócratas argentinos”.

Las señoras gordas de Recoleta, Palermo y Barrio Norte aclaraban en el funeral que “acá nadie vino por el choripán y la coca, ¿eh?”.

Los herederos de Alfonso brotaron como hongos después de la lluvia.

El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, levantaba un muro para separar ricos de pobres y la polémica terminó con su sueño segregacionista.

Empezábamos a discutir sobre el rol de los medios y Clarín comenzaba a transpirar aunque falta todavía el “¿Qué te pasa, Clarín?” de campaña.

Mayo

Andrea del Boca meditaba si era candidata; al final fue Nacha Guevara, pero no asumió.

Clarín ganaba millones por la depreciación del peso argentino.

Víctor Hugo asomaba como inesperado defensor de la Ley de Medios.

La CEPAL nos ponía entre los países mejor preparados para sortear la crisis internacional.

A un mes de las elecciones, casi la mitad de los argentinos no sabía qué se votaba el 28 de junio.

Junio

Los argentinos reconocíamos como principal preocupación la cuestión de la desocupación (en la campaña se agitaría la cuestión inseguridad).

Alfonso Prat Gay y De Narváez de campaña recomendaban endeudar al país.

Discutíamos eso de que se es ciudadano sólo cada dos años cuando votamos o cuanto pagamos nuestros impuestos.

21 días antes de las elecciones aparecía la encuesta fatídica para el kirchnerismo: la publicaba La Nación y daba ganador al Colorado por 3 puntos sobre Kirchner.

De Narváez mandaba sacar el aire un programa que lo criticaba en su canal América.

La crisis mostraba que la Argentina, pese a todo, era uno de los países con menos caída de venta de autos.

FOPEA, el Foro de Periodistas de la Argentina, advertía sobre la precarización del trabajo periodístico.

Con la derrota kirchnerista en la provincia de Buenos Aires, trasladada y generalizada falazmente a todo el país, las acciones del Grupo Clarín subían más del 30 por ciento.

Como balance de la campaña, quedaba claro que, de la clase media para arriba, se habían inclinado por partidos anti kirchneristas y los sectores más bajos, en cambio, sí apoyaron a los candidatos del oficialismo.

Julio

Superada la tormenta electoral, estudios privados empezaban a reconocer lo que antes no se escuchaba: ya había signos de recuperación de la economía argentina.

Cristina metía mano en su gabinete post electoral, ingresaba Boudou y el incansable Aníbal saltaba a la Jefatura de Gabinete. Alejandro Apo era echado de Radio Continental, pero cuando lo mismo habían hecho con Nelson Castro, la cosa había sido censura.

Agosto

En San Cayetano, los medio inflaban e inflaban pero no podían: no hubo más gente pidiendo laburo, por lo que no pudieron armar el composse de crisis, pobreza, gobierno culpable y gente rezándolo al patrono del trabajo.

La Corte se pronunciaba a favor de la despenalización de la tenencia del consumo de drogas y nos enterábamos que más del 70% de procesados por drogas en Argentina era por consumo. Maradona derrapaba con la Selección y a la prensa facilitas sólo le faltaba decir que “la culpa es de loso Kirchner”.

Septiembre

Clarín mostraba no tener estrategia ante la estatización de las transmisiones del fútbol y se estremecía ante la aprobación de la Ley de Medios.

TN decía que podía desaparecer, pero la verdad pocos le creyeron.

Octubre

Las estadística mostraban que, pese a denostar a los partidos, crecía el número de afiliados a los partidos políticos.

Noviembre

Cristina retomaba el reclamo opositor y anunciaba la ayuda universal a hijos de padres con problemas laborales.

Mientras tanto, Clarín se horrorizaba con la “pobre gente” que hacía cola en las puertas de las oficinas de la Anses y ningún malvado empleado público los atendía rápido.

La calle se instalaba como escenario de múltiples reclamos y los medios reflejaban lo que consideraban “el fastidio de la gente” ante los piquetes.

Al macrismo le estallaba el escándalo de las escuchas telefónicas ilegales y el proyecto Pro empezaba a convertirse en Retro.

El proyecto político de Mauricio ya no podía ocultar una realidad: gerenciar la política no es lo mismo que gestionarla con política: hacer de un despacho público un bunker de una empresa es cosa de Mandinga.

Meses y meses estuvimos bancándonos el verso de la inseguridad por la inseguridad misma, pero pocos reconocían que también era inseguridad la matanza de inocentes que promueven las policías, según denunciaba la CORREPI.

Diciembre

Abel Posse asumía fugaz en su paso en el Ministerio de Educación porteño, mostraba toda su impronta gorila y se despedía sin pena ni gloria.

Aparecían los Pomar sin vida, Scioli volvía a poner cara de preocupado ante las cámaras y su ministro de Seguridad denunciaba que había un complot policial para tumbarlos.

Y cerramos el año con otra derrapada Pro: Guelar pidió amnistía para los represores, Torello salió a desmentirlo y la “mauricracia” volvió a mostrar en este 2009 que la política no es para cualquiera.

1 comentario:

Recoleta dijo...

Gran detalle de todo lo acontecido. Creo que los argentinos podemos quejarnos de muchas cosas, menos de tener un estilo de vida aburrido.